Un militar ha muerto y otro ha resultado herido grave al estallar un coche-bomba de ETA ante una academia militar en Santoña (Cantabria). El coche estaba cargado con entre 80 y 100 kilos de explosivos y ha dejado un socavón de 1,5 metros. Los cinco heridos permanecen ingresados y uno de ellos presenta gravedad.
"Hay una persona fallecida y otra está hospitalizada, pero no se teme por su vida", han afirmado fuentes de la delegación del gobierno en Cantabria, que dijeron que las víctimas eran miembros del Patronato Militar Virgen del Puerto. Las mismas fuentes identificaron al fallecido como "el brigada Luis Conde de la Cruz" y señalaron que el herido es también "otro militar, un subteniente", del que no ha trascendido la identidad, ambos destinados en la escuela militar.
El cuerpo del militar fallecido ha sido trasladado ya al tanatorio del Hospital de Valdecillas en Santander, mientras que el herido fue llevado al hospital de Laredo, donde será intervenido por heridas en la cadera y en la pierna; su estado es grave pero no se teme por su vida. Al parecer, ambos fueron sorprendidos por la detonación cuando desalojaban el edificio. Además, desde la Delegación de Gobierno señalan que los daños causandos son 'considerables' tanto en la fachada del edificio como en la verja que da al Paseo Marítimo.
Atendidas por ansiedad
Al parecer, los dos fueron sorprendidos por la explosión cuando desalojaban el patronato. Otras cinco personas tuvieron que ser atendidas por crisis de ansiedad. De la Cruz es la quinta víctima mortal de ETA desde que la organización separatista armada vasca diera por roto su alto el fuego permanente de 15 meses en junio del pasado año, momento desde el cual ha asesinado a tres guardias civiles y a un ex concejal socialista vasco.
El último atentado mortal de ETA tuvo lugar el 14 de mayo pasado cuando el guardia civil Juan Manuel Piñuel Villalón murió al hacer explosión otro coche bomba ante el cuartel en el que estaba de guardia en la localidad vasca de Legutiano. La explosión de este lunes se produjo pasada la 1h00 locales (23h00 GMT) después que un comunicante anónimo que dijo "hablar en nombre de ETA" alertó al Servicio de Ayuda en Carretera (DYA) vasco "que iba a explotar una bomba sobre la 1h00 en la avenida de Carrero Blanco" de Santoña, dijo un portavoz del DYA.
Llamada en nombre de ETA
La misma fuente del DYA, organismo al que suele llamar a ETA para avisar de sus atentados, señaló que la llamada se produjo sobre las 00h25 locales. La deflagración se produjo en el lugar y a la hora señalada, aunque el aviso permitió desalojar la zona, según la policía local de Santoña, situada al este de la región de Cantabria, vecina del País Vasco.
Las mismas fuentes de la policía local señalaron a AFP que "no parece que haya resultado dañada la estructura" de la residencia militar, una academia de formación de suboficiales. La ministra de Defensa, Carme Chacón, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tienen previsto acudir en la mañana del martes a Santoña, según la delegación del gobierno en Cantabria.
La explosión de Santoña supone el tercer coche bomba que hace estallar la organización terrorista en poco más de 24 horas después que en la madrugada del sábado hiciera estallar dos artefactos en Vitoria y Ondarroa (País Vasco). Los dos atentados fueron cometidos con sendos coches cargados con un centenar de kilos de explosivos, causando importantes daños materiales en ambos casos.
No hubo aviso en la segunda explosión
La primera explosión tuvo lugar ante la sede de la caja de ahorros Caja Vital en Vitoria, sin causar heridos, después que un comunicante anónimo que dijo hablar en nombre de ETA alertara de la inminencia de la explosión. Sin embargo, no hubo aviso en la segunda explosión, ocurrida en la localidad de Ondarroa sobre las 04H30 locales (02H30 GMT) ante una comisaría de la policía regional vasca.
El atentado dejó un saldo de diez heridos leves, seis de ellos policías, declaró a la AFP un portavoz del Departamento vasco del Interior, que señaló que los autores de ese atentado trataron de que los agentes salieran a la calle antes de provocar la explosión.
El pasado martes, se descubrió una bomba-lapa en los bajos del coche de un agente de la policía nacional cuando entraba en una comisaría en la capital vasca de Bilbao. El artefacto, que no había estallado y que también fue atribuido a ETA, fue anteriormente desactivado por los artificieros de la policía.