Las autoridades francesas han detenido este lunes en Ciboure (Francia), al etarra Alberto Plazaola Anduaga, han informado fuentes de la lucha antiterrorista.
Plazaola eludió su detención el pasado 10 de marzo tras la anulación por parte del Tribunal Supremo del auto de la Audiencia Nacional por el que fue puesto en libertad en diciembre de 2014.
Tras conocerse la detención, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, la ha calificado como "una muestra más del trabajo en materia antiterrorista" del Gobierno y ha asegurado que es la muestra de la política ante la banda armada: "Si ETA no se disuelve por las buenas, que se disuelva por las malas". En declaraciones tras el Comité Ejecutivo Nacional del PP, el ministro ha subrayado que se persigue a todos los que tienen "cuentas pendientes con la Justicia, sean los que ellos llaman refugiados, sean huidos o presos".
"ETA está en cese definitivo de actividad terrorista y le exigimos disolución incondicional para que no forme parte más que de un pasado sangriento, pero en absoluto del presente y mucho menos del futuro", ha añadido.
Tres acciones más sin condena aún
El Ministerio del Interior atribuye al etarra tres acciones terroristas más por las que aún no ha sido condenado. La única condena que pesa contra él son 46 años por dos delitos de asesinato frustrado y uno de estragos al atacar un bar en Escoriaza (Guipúzcoa) en 1987.
En su comunicado, Interior dice que "Plazaola se integró en la banda terrorista ETA como colaborador del 'comando Araba' en 1987 y participó en varias acciones armadas durante ese año". A partir de ahí le vinculan con un atentado frustrado mediante lanzamiento de granadas al cuartel de la Guardia Civil de Orozco (Vizcaya).
También con la colocación de una bomba-trampa en un concesionario de Peugeot-Talbot en la localidad de Villarreal de Urrechu (Álava), explosionando cuando el equipo de desactivación de explosivos procedía a su inutilización. Por último también le vincula con la preparación de una plataforma de lanzamiento de granadas, con una trampa explosiva adicional, contra el cuartel de la Guardia Civil de Orozco (Vizcaya).
Según los datos recogidos, hasta el momento, la única condena que pesa contra este terrorista es la que le impuso la Audiencia Nacional el 31 de julio de 1997 por el ataque en el Pub Naira de la localidad de Escoriaza (Guipúzcoa) al que ETA había puesto en su punto de mira bajo la acusación de que en el lugar se vendía droga.
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