No había precedente en Francia: nunca ETA había formado un escuadrón para llevar a cabo el robo de varios vehículos a plena luz del día y con una contundencia que incluía el enfrentamiento armado con la policía francesa si ésta aparecía, como finalmente ocurrió.
Tampoco, en el medio siglo de terrorismo etarra, había caído nunca asesinado un gendarme francés en los encontronazos de la policía gala con ETA. Y han sido el efecto sorpresa por la brutalidad de la acción y la falta de precedentes los que explican siquiera en parte el error de identificación que se ha cometido al confundir etarras con inofensivos bomberos.
Un error de principiante que debe ser analizado pero no exagerado. En estos casos, conviene recordar que el culpable, el asesino, el objetivo de toda la ira concentrada que seamos capaces de acumular es ETA.
La pista del policía jubilidado
La historia es conocida, y hoy ha sido narrada con gran pormenor tanto por la prensa española ?sobre todo por la prensa española- como por la francesa. Mientras se realizaba el examen de las grabaciones de las cámaras de seguridad del entorno del atentado ?ha explicado el director general de la Policía Nacional Francesa, Fréderic Péchenard-, llegó una pista proporcionada por un policía jubilado: cinco hombres jóvenes hablando español ?en realidad era catalán-, con bolsas en bandolera ?ideales para portar armas ocultas- estaban haciendo compras en un Carrefour de la zona poco antes de los hechos luctuosos.
El falso testimonio del único etarra detenido
Tras localizarse las imágenes, se abre un debate en el que intervienen los testigos ?al parecer, el único etarra detenido engaña a los policías identificando a sus falsos compañeros- y ante la falta de claridad, se recaba la colaboración ciudadana. El vídeo se difunde en Francia y se remite a España para su difusión también aquí. Interior no chequea el vídeo, que es enviado sobre las 15 horas a los medios. Ya de madrugada, la Generalitat alerta del error. Las primeras ediciones de los periódicos impresos no tienen tiempo de rectificar.
¿Hay plena compenetración entre Francia y España?
Efectivamente, como ha dicho Rubalcaba, se pudo hacer mejor. Y lo ocurrido, que ha de ser atribuido en parte a la descoordinación entre las dos policías, española y francesa, debería servir sobre todo para tomar conciencia de que todavía no se ha conseguido la plena compenetración entre ambas. La buena voluntad de las dos partes es indudable; sin embargo, la realidad es la que es. Y ante este colosal ridículo, que refuerza objetivamente a los criminales de ETA, sólo hay un camino: el del máximo esfuerzo en la búsqueda detención de los asesinos. De éstos y de los que puedan reemplazarlos mañana. No tiene sentido dedicar un minuto más a las lamentaciones.