(Reuters) - Cuando Carlos Moyá estaba en lo más alto de la clasificación mundial del tenis, solía tener un séquito de técnicos, fisioterapeutas y compañeros de entrenamiento a su completa disposición.
Los principales jugadores están entre los más mimados en el mundo del deporte, y Moyá, el capitán español en la Copa Davis, ahora lo vuelve a vivir desde el otro lado de la valla.
El exjugador de 37 años afronta su primer emparejamiento de Copa Davis este fin de semana, tratando de planear el camino de España en el primer encuentro contra Alemania en Fráncfort.
Incluso sin el número uno mundial Rafa Nadal y el número dos español, David Ferrer, Moyá todavía tiene un envidiable talento a su disposición y elegir la mejor combinación es un nuevo desafío, por no hablar de la organización de los entrenamientos, las tácticas, los tiempos para comer y otras tareas que no tienen visibilidad.
"Definitivamente es diferente. Tienes un equipo de 15 personas alrededor tuyo que tienes que gestionar, tratando de juntar todas las piezas", dijo Moyá en una entrevista televisada.
"No tener que salir a jugar, eso también es diferente, aunque ya me estoy acostumbrando", dijo.
El papel de capitán a menudo pasa desapercibido cuando todo sale bien, pero hacerlo mal a menudo suscita las críticas, así que la decisión de Moyá de confiar en el debutante Roberto Bautista Agut, número 52 en el mundo, el viernes en el partido individual frente al experimentado Philipp Kohlschreiber es de calado.
Bautista Agut, de 25 años, es el tercer jugador del equipo español mejor clasificado, por detrás de Feliciano López y Fernando Verdasco, pero su victoria frente al número cuatro mundial, Juan Martín del Potro, en el Abierto de Australia este mes ha llevado a que Moyá confíe en él.
NADA QUE PERDER
"Confío en Roberto", dijo Moyá, ganador de la Copa Davis con España en 2004. "Estoy contento con cómo fue el emparejamiento y con que él juegue primero porque si juega segundo tiendes a estar nervioso a la espera de tu partido", dijo.
"Le diré que no se preocupe por la gente. Van a intentar molestarte. Que no se preocupe por el oponente. Él es bueno pero tú también", dijo.
"Le recordaré que la presión está sobre Phillip, él es un jugador que está más alto en el ranking, juega en casa. No hay nada que perder. Juega como en otro partido", dijo.
Moyá, ganador del Abierto de Francia en 1998, se retiró en 2010 tras una persistente lesión y sigue con una larga tradición de exjugadores que dirigen los esfuerzos en la Copa Davis desde el banquillo.
Alex Corretja sustituyó a Albert Costa, que ganó la competición en 2009 y 2011, y ahora Moyá toma las riendas en busca de un sexto título desde 2000.
"Creo que va a ser muy excitante para todos nosotros", dijo Moyá.
"La semana ha sido genial hasta ahora y una gran experiencia para mí el estar entre ellos. Estoy muy contento del modo en el que se entrena y creo que va a ser un gran emparejamiento", dijo.
"Trato de aportar mis experiencias pasadas y quitarles presión", añadió.
"Una cosa que he aprendido en la Copa Davis es que la clasificación no importa. Se trata de cómo se maneja la situación y su experiencia", dijo.
/Por Martyn Herman/
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