
El tenista español David Ferrer lo ha vuelto a hacer. En otra demostración de épica y casta, el de Javea se ha colado por segunda vez en su carrera en las semifinales de un Grand Slam tras derrotar a Nicolás Almagro en un partido lleno de tensión, tenis de calidad y, sobre todo, pundonor por parte del número cinco del mundo. El resultado final de tres sets a dos para Ferrer (4-6, 4-6, 7-5, 7-6, 6-2) demuestra la pasta de la que está hecha el mejor tenista del pasado año 2012.
Y es que Almagro parecía tenerlo todo a su favor para lograr el pase a la siguiente ronda. En los dos primeros sets, el juego en largo del murciano ha vuelto loco a un Ferrer incapaz de devolver las bolas rápidas y directas de su rival. "Todos me juegan en largo... en largo", gritaba Ferrer, maldiciendo la suerte de su mañana en Australia.
Con dos sets a cero a su favor, Almagro ha llegado a gozar de una bola para lograr el break que le hubiera dado el 6-5 de la tercera manga y el servicio para llevarse el partido. Sin embargo, Ferrer ha remontado, ha logrado el 6-5 y en el siguiente juego le ha roto el servicio a su rival.
Ha sido ahí cuando ha comenzado la desmoralización de un Almagro que, pese ha ello, ha combatido como pocas veces. En el cuarto set ha logrado forzar el tie-break. Ha sido su límite físico.
Con problemas en las piernas y un break en contra cosechado demasiado pronto, Almagro ha empezado a sufrir en la pista hasta que Ferrer ha hecho honor a su nombre de 'Gladiador' con una victoria única que da más lustre si cabe a su presencia en semifinales.
El serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo, o el checo Tomas Berdych, serán sus posibles rival en la búsqueda de una tarea histórica: entrar en la finales del primer grande de la temporada. Nada es imposible para este tenista de casta y clase.