
A medida que los jefes de estado israelíes y palestinos se muestran más reacios a aparecer en la mesa de negociaciones, los proveedores de viajes más punteros están tratando de cerrar la brecha entre las dos culturas de una manera diferente: animando a los visitantes a compartir una comida con habitantes de ambos lados de la frontera.
"Queríamos ofrecer un viaje imparcial que visitara ambos destinos para que los viajeros pudieran tener una idea de la realidad cotidiana que viven los palestinos y los israelíes", explica Cara Brown, proveedor de productos alimenticios para el operador turístico Intrepid Travel. Este tipo de viajes organizados comienzan a partir de marzo y estarán disponibles por 3.165 dólares por persona casi mensualmente, incluidas las paradas en Tel Aviv, Haifa, Nablus y Belén.
"Siempre tratamos de superar los límites", dice Brown, cuyo objetivo se centra en proporcionar experiencias culturales fuera de lo común. Esta vez, la compañía ha cruzando la línea, literalmente, entre Israel y Cisjordania a la que muchos turistas temen acercarse. "Queremos aumentar las conversaciones y la conciencia y romper las barreras", explica, y ¿qué mejor manera de hacerlo que a través de la comida?
Intrepid es el único operador turístico internacional que ofrece viajes en esta línea, aunque los agentes independientes que se especializan en Israel pueden facilitar experiencias similares a medida. Este operador lanzó su primer viaje gastronómico a Israel y Cisjordania al notar "un crecimiento del 70% en reservas de EEUU en Medio Oriente y un crecimiento del 41% en Real Food Adventures", explica Brown.
Los viajes de Intrepid comienzan en Tel Aviv, la capital gastronómica de Oriente Medio, y terminan en Jerusalén, donde los viajeros visitan varias localizaciones religiosas antes de adentrarse en el mundo del hummus en alguno de los muchos locales especializado de la Ciudad Vieja. Después, llevan a los invitados a una bodega israelí cerca del desierto de Negev, a una pastelería palestina en Nablus, y a una demostración de cocina en la aldea de Buq'ata, poblada por árabes drusos. Todas las actividades son guiadas, principalmente por líderes de grupos palestinos autorizados por el Ministerio de Turismo de Israel. "Queremos exponer a los viajeros a muchas experiencias diferentes", dice Brown. "Permite a las personas formar sus propias impresiones".
Otras actividades del itinerario es un viaje un mercado local, o kasbah, con almuerzo incluido a base de kousa mahshi (calabacín relleno de arroz y carne de res) o wawal dawali con limón (hojas de parra rellenas). "Nos sentamos, almorzamos con las mujeres locales y hablamos de sus vidas en su pequeño pueblo; es un punto culminante del viaje, seguro", dice Brown. Como regla, las guías de Intrepid nunca introducen conversaciones sobre política. "Permitimos que el tema se desarrolle de forma natural y orgánica", explica Brown.
Otras actividades más culturales son la visita a una planta de tahini en Nablus, una ciudad palestina en el norte de Cisjordania, donde los visitantes pueden ver cómo los artesanos hacen una masa a base de semillas de sésamo que se utiliza en algunos de los platos más famosos de esta región. Y una clase de cocina en la misma ciudad que "está dirigida completamente por mujeres palestinas", explica Brown. "Es un gran ejemplo de cómo podemos apoyar a las comunidades locales, y en este caso a las mujeres, lo cual es fantástico".