
Bajan las temperaturas y las estanterías de los supermercados vuelven a verse repletas de bombones Ferrero, el dulce que nunca se comercializa en verano para asegurar así su máxima calidad, ya que el calor es el peor amigo del chocolate. En este sentido, este año el grupo Ferrero ha querido dar un paso más y ha realizado una colaboración con el chef Paco Roncero para reinterpretar los bombones más conocidos del mundo. Todo un reto que el chef madrileño ha sabido sortear con éxito. Así, Roncero presenta cinco reinterpretaciones con los bombones Pocket Coffee, Rondnoir, Rafaello, Mon Chéri y Ferrero Rocher, algunas de las delicias más populares que, ahora, pueden disfrutarse desde otra perspectiva.
Pocket Coffee: un pequeño snack dulce, amargo y picante
Se trata de una fina lámina de chocolate con una esfera líquida de café cien por cien arábica – como el corazón del Pocket Coffee – y un cremoso chocolate acompañado de un toffee y un gel de café. Roncero ha querido sorprender con este pequeño snack proporcionando un toque salado: una palomita empanada con shichimi, una mezcla de seis especias japonesas con un puntito de picante. De esta forma, en la interpretación de Pocket Coffee, hemos podido degustar sabores dulces, amargos y picantes.
Rondnoir: helado de chocolate crujiente
Crujiente, cremoso, color marrón; la reinterpretación de Roncero de la perla negra de Ferrero refleja un cono de helado de caramelo de chocolate, con una galleta muy fina parecida al barquillo que aporta un toque muy crujiente. También encontramos un "shoot" de chocolate blanco y chocolate negro. Y terminamos con una crema aérea de foie muy ligera, ya que el chocolate y el foie forman una combinación perfecta.
Raffaello: la estrella blanca de coco
Paco Roncero se ha imaginado la especialidad blanca de la marca como una estrella de chocolate con coco con un fondo de pasta katai, simulando la piel del coco. La estrella aparece rellena de una crema de coco, vainilla, agua de coco, praliné de almendra tierna, almendras tiernas cocinadas con vainilla y leche y crema de mantequilla con un poco de azúcar glass. Y, por encima, la estrella se cubre con un polvo de coco, así como con una deliciosa crema de mantequilla con más azúcar glass.
Mon Chéri: un doble cocktail de cereza
El chef ha querido ofrecer en su interpretación de Mon Chéri dos cócteles: el primero en copa tradicional y el segundo, una cereza. El cóctel tradicional es una base de licuado de jengibre, zumo de lima y yuzu, y un poco de ginebra, con un cuarto de amarena en el fondo. La terminación final consiste en una espuma de tónica. Además, Roncero ha realizado su propia simulación de la cereza: el producto está relleno de un puré de cerezas y amarena, ron y zumo de naranja; mientras la base de fuera - la película que la recubre para darle el toque crujiente - es un chocolate negro al 70%.
Ferrero Rocher: el cupcake que se derrite en el paladar
Para finalizar, Roncero imagina que Ferrero Rocher es un cupcake que tiene una base de praliné de avellana, crema de avellana, un cremoso de chocolate y avellana tostada, una avellana garrapiñada y una espuma de avellana. Todo ello cubierto por una cúpula de chocolate y avellana garrapiñada, unos copos de oro y el papel que lo envuelve, hecho con obulato, es un caramelo de cacao. El obulato es un papel muy fino hecho a base de almidón de patata, aceite de girasol y lecitina de soja. Tratado con azúcar de polvo de cacao, se espolvorea y se mete al horno para hornear. Una vez entra en contacto con la boca, que está húmeda, el papel desaparece.
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