
A veces, cuando viajamos, el propio hotel en el que nos alojamos posee cualidades tan sorprendentes o extraordinarias que acaba convirtiéndose en el destino último del viaje.
El planeta entero está salpicado de hospedajes únicos y fascinantes, desde el Hotel Kakslauttanen, en Finlandia, al Manta Resort, en Tanzania, el Rayavadee Krabi, en Tailandia, el Hotel Grotta Palazzese, en Italia, o el Attrap Reves, en Francia.
Pero dado que este verano no todos los destinos parecen accesibles ni incluso recomendables, hemos decidido buscar un puñado de alojamientos singulares sin tener que echar mano de pasaporte. Y hemos encontrado, dentro de nuestras fronteras, unos cuantos que resultan igual de fascinantes.
Isla de El Burguillo (Ávila)
¿Qué tal alojarse en un castillo? No está mal, pero tampoco parece tan original, ¿verdad? ¿Pero y si ese castillo está en una isla privada? En la Isla de El Burguillo, concretamente, rodeada por el embalse del mismo nombre. Con una hectárea de terreno, la isla acoge este castillo de aire medieval, con capacidad para diez personas y que puede alquilarse por 1.300 euros la noche.
Hotel Cap Rocat (Mallorca)
En este caso no se trata tanto de un castillo como de una verdadera fortaleza militar, que ofrece la posibilidad de vivir una experiencia de auténtico lujo de una manera singular. Entre patios y calles tallados en piedra, Cap Rocat combina la belleza de la historia conservada con unas impresionantes vistas directas del mar y unas propuestas gastronómicas irresistibles.
Casa Bella Teepees (Granada)
De la majestuosidad señorial de castillos y fortalezas pasamos al minimalismo aventurero de unos tipis levantados junto a un lago y rodeados de montañas. Al pie del monte Jabalcón, entre los parques de Sierra Nevada, Sierra de Baza, Sierra de Castril y Sierra de Cazorla, encontramos este singular hotel que plantea a sus clientes acampar al más puro estilo de los nativos estadounidenses, en tipis de 7 metros de diámetro con todo tipo de comodidades.
Alojamiento Vagón Rural (Murcia)
¿Y qué tal dormir en un vagón de tren de los años 50? Eso es lo que podemos encontrar en este hotel enclavado en plena huerta murciana, a pocos minutos del centro de la ciudad, que en lugar de habitaciones al uso cuenta con una serie de viejos vagones restaurados y acondicionados para la ocasión, incluyendo un cenador donde poder disfrutar de comidas y tiempo al aire libre, además de cocina y barbacoa.
O Semáforo de Fisterra (Galicia)
Pero si lo que de verdad queremos es sentir el mar, nada mejor que alojarnos en un faro, definido en su propia web como "un refugio en el fin del mundo". Porque lo encontramos, de hecho, en las costas del fin del mundo, en Finisterre. El hotel ocupa un edificio junto al faro, y cada habitación está decorada a partir de alguna historia naval diferente.
Hotel Aire de Bárdenas (Navarra)
Burbujas o iglús de paredes transparentes (en diferentes materiales) son una alternativa cada vez más extendida en alojamientos que quieren ofrecer una experiencia diferencial a sus clientes. Es el caso de este hotel junto al Parque Natural de las Bárdenas Reales, cuyas habitaciones son cubos asentados en pleno desierto. Aunque también dispone de otros alojamientos -burbujas hinchables transparentes- que dicen deparar una experiencia próxima a la que viviríamos alojados en un paisaje lunar.
Hotel Cueva (Huesca)
El nombre lo dice todo, estamos ante unas cuevas excavadas en la montaña en el desierto de Los Monegros, con ocho habitaciones conectadas a través de un patio común. El hotel luce una estética de referencias árabes, y su desértica localización no es impedimento para poder gozar de todos los refinamientos imaginables, como piscina, WIFI e incluso aeropuerto privado.
Braña La Code (Asturias)
Cambiamos radicalmente de paisaje y de tipo de alojamiento. En Somiedo, Asturias, encontramos estas cabañas de teito que recrean las populares brañas en el marco de este paisaje montañoso en el que el ganado es el gran protagonista. Seis cabañas ofrecen la posibilidad de conocer de primera mano cómo era la vida de los viejos pastores hace más de un siglo. Eso sí, con bastantes más comodidades.
Casas Karen (Cádiz)
Seguimos en cabañas, pero esta vez en el otro extremo del país, en Caños de Meca, Cádiz. En este rincón mágico de la Costa de la Luz encontramos estas chozas que recrean los alojamientos de la zona en el siglo XVIII, construidas con paja, caña, madera y cuerdas. El diseño, eso sí, está revisado para asegurar a los visitantes un disfrute máximo del magnífico enclave natural.
Les Cols Pavellons (Girona)
Cerramos este recorrido con estos sorprendentes y elegantes cubículos de cristal localizados dentro de la finca de una masía catalana del siglo XII en la localidad de Olot. Suelo, techo y paredes de estos cinco alojamientos están elaborados en cristal (han ganado varios concursos de arquitectura), facilitando así no solo que los clientes no pierdan detalle del paisaje natural que los rodea, sino también fusión de los alojamientos con ese mismo paisaje.
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