El colapso del consumo en las instalaciones casi de la noche a la mañana ha causado estragos en la cadena de suministro de la cerveza artesanal en EEUU, una industria que mueve 29.300 millones. Esta realidad equivale a cientos de miles de barriles atascados en los almacenes de distribución y que se estancan en las cervecerías en todo el país. Sin embargo, en Nueva Inglaterra la compañía WhistlePig propone transformar ese excedente en whisky de alta gama. "Ya hemos tenido un gran interés por parte de los cerveceros y distribuidores", explica Jeff Kozak, director ejecutivo de WhistlePig.
Las cervezas artesanales pueden perder su identidad en unas pocas semanas. Incluso entonces, sigue siendo el grano fermentado, el componente básico del whisky. Entonces, una vez que se transporta en el sitio, la gerente de la destilería Emily Harrison puede pasar el líquido a través de enormes alambiques de cobre, resucitándolo como un espirituoso adecuado para el envejecimiento en roble.
"Nuestra ruta al mercado obviamente se ha visto afectada por Covid, pero a diferencia del whisky, la cerveza nunca mejora con la edad", explica la gerente de la destilería. "Es lo menos que podemos hacer para ayudar a nuestros amigos en la industria y garantizar que puedan seguir elaborando las cervezas más frescas posibles".
Durante generaciones, los agricultores han recurrido a la destilación como una forma de reutilizar los cultivos que de lo contrario se echarían a perder con las estaciones. Ahora WhistlePig tiene la intención de vender algunos de estos espirituosos como barriles individuales de edición limitada.
"Unos años más adelante, será una forma de conmemorar este momento en el tiempo, cuando nos unimos para ayudarnos mutuamente", dice Kozak. "A medida que el líquido se transforma en el barril, trabajaremos con cada cervecero en una estrategia de envejecimiento que mejor beneficie a su cerveza específica". Eso podría significar opciones de tonelería y acabados de barril únicos.
Sin embargo, no se realizará todo sin enfrentar desafíos específicos. "Hay una diferencia entre la cerveza lista para embotellar y la cerveza destiladora", advierte el destilador Marko Karakasevic. "Es un animal completamente diferente con lúpulo involucrado. Tienes muchos más aceites esenciales en solución". También hay dióxido de carbono: si no elimina el CO2 de la solución antes de la destilación, puede hacer estallar el alambique. Sin embargo, para Karakasevic, siempre valió la pena el riesgo: "Cuanto más sabor tenga en su cerveza, más sabor terminará en su whisky".
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