Status - Evasión

García Lorca vuelve a las tablas madrileñas al compás de jazz-flamenco

  • Ibérica Suite versionea el disco que grabó el poeta granadino hace 87 años
  • La cantante y bailaora Celia Domene resucita sobre los escenarios a La Argentinita
  • El 6 de febrero, el duende lorquiano promete rondar por el Teatro Tribueñe
Celia Domene, bailaora y voz de 'Ibérica Suite', flanqueada por Antonio Pastora (batería) y Rubén Rebolleda (piano).

Cuentan que Carlos Gardel propuso a su amigo Federico García Lorca poner música y voz al Romancero Gitano. Por unas cosas o por otras, el asunto se diluyó a la velocidad que suele hacerlo el alcohol en la sangre, posiblemente en alguna confitería cerca de la Plaza Congreso, bajo el cielo denso de Buenos Aires. Unos pocos meses antes, a finales de 1931, el hijo de Fuente Vaqueros convenció a Encarnación López Júlvez, la Argentinita, para grabar una decena de canciones en los estudios de 'La Voz de su Amo'. Lo hizo en un pispás. Fueron cinco discos, cincelados en pizarra, de los que giraban a un ritmo de casi una vuelta por segundo, donde el poeta y la canzonetista legaron en surcos una canción por cada cara.

Aquella 'Colección de Canciones Populares Españolas' atesoraba piezas como '¡Las tres hojas!', 'Los cuatro muleros', 'El romance pascual de los pelegrinitos', 'En el Café de Chinitas', 'Anda jaleo', 'Zorongo gitano', 'Sones de Asturias',  'Las morillas de Jaén', 'Romance de los Monzos de Monleón'... entre otros himnos de la gente de su tierra. Federico tocaba el piano, acompañaba a los coros y dirigía a la diosa de los escenarios en un trabajo que estos días vuelve a conmover al público. El mérito corresponde al grupo Ibérica Suite, músicos que han sabido rescatar semejante patrimonio para adaptarlo a su manera. Y de qué forma. Los acordes de hace 87 años cobran ahora vida con nuevas voces y hermanado con una suerte de jazz que despega todas las etiquetas.

El batería Antonio Pastora parió la idea y al instante engatusó al pianista Rubén Rebolleda, al bajista Peter Oteo y a Celia Domene, quien rebosa talento, voz, zapateado y castañuelas. Todos juntos ponen el alma para reinterpretar los poemas y cantares de aquel a quien descerrajaron dos tiros por ser diferente.

Los versos del poeta golpean el alma, igual que cuando los tacones y baquetas restallan como si todo fuera uno

La versión musical más moderna, original y respetuosa de Lorca conviene vivirla. Trasciende el virtuoso teclado, el bajo eléctrico, las percusiones mágicas, la voz templada y limpia. Sobre las tablas emerge mucho más que baile flamenco, pura esencia y contención. Los versos del ilustre granadino golpean el alma, igual que cuando tacones y baquetas restallan como si todo fuera uno. Fandanguillos, tangos, sevillanas y romances campesinos se suceden con La Argentinita transmutada en la bailaora Domene. Créanme que merece la pena sentirlo.

Por si fuera poco, entre el público que frecuenta este espectáculo ronda un tipo menudo y bien plantao, vestido como antiguo, de mirada profunda y pelo ensortijado. Se coloca en un lado, en la misma gloria, y desde allí acompaña con las palmas hasta que sopla un aire y desaparece entre los bises, al son de la 'Tarara'. Apuesten a que ese muchacho atiende en el cielo por Federico.

Todo lo anterior viene sucediendo desde hace meses en una veintena de locales de toda España y se repitió el pasado martes, en el tablao de La Tacita, en el Centro Social de Entrevías, clavado en el corazón ajado de un barrio retratado por Robert Cappa. Pero lo mejor de esta historia aún está llegar, ya que el duende de Ibérica Suite promete aparecer el próximo jueves, 6 de febrero. Será en el Teatro Tribueñe, a la vera del Parque de la Fuente del Berro de Madrid. Ustedes verán.

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