
No es prostitución. La asistencia sexual para discapacitados se considera un servicio de salud, y como tal está subvencionado en países como Suiza, Dinamarca, Suecia, Holanda o Alemania. En Francia el debate para la legalización de la práctica está abierto.
Las necesidades afectivas y sexuales de los discapacitados siempre han sido alojadas en el cajón de los temas tabú en muchos países occidentales no demasiado receptivos al tratamiento de aspectos relativos a la sexualidad.
La película que puso el asunto en el centro del debate
Sin embargo, la actriz Helen Hunt y la película Las Sesiones, dirigida por Ben Lewin y estrenada en 2012, han impulsado un debate antes escondido que ha saltado como un resorte a los medios de comunicación.
En el filme, que reportó una nominación como mejor intérprete secundaria a Hunt, queda plasmada la historia de un periodista minusválido que decide perder la virginidad a los 38 años y acomete la tarea con la guía de una terapeuta sexual. De un modo menos profundo, la sexualidad en personas discapacitadas también tuvo un momento en el cine, el el título taquillero francés Intocable, donde su protagonista era un millonario parapléjico.
Los terapeutas sexuales están especializados en ayudar a los discapacitados a que se reconcilien con su sexualidad y a que puedan satisfacer sus necesidades físicas ejerciendo una tutela y una guía hacia su propio erotismo.
Aunque la asistencia sexual esté ligada a la prostitución, práctica a la que suelen recurrir los discapacitados, ésta requiere de una formación especializada y una sensibilidad y apertura mayor en asuntos sexuales. En España, la asistencia sexual está siendo reivindicada en Cataluña, a través de la plataforma Sex Asistent, con Jaume Girbau al frente. Girbau vive sobre una silla de ruedas desde que era niño, y quedó traumatizado por una fracasada primera experiencia sexual con una prostituta que se vio desbordada por la situación.
La plataforma liderada por Girbau, que integra a sexólogos, terapeutas y personas con discapacidad, tiene como objetivo proporcionar formación oficial a las personas interesadas en convertirse en asistentes sexuales, y legalizar la figura en España, según relata 20 Minutos.
Igualdad de oportunidades
En mayo, distintos expertos reunidos en Barcelona también se sumaron a la petición de potenciar la figura del asistente sexual para las personas con diversidad funcional, garantizando así la igualdad de derechos y oportunidades para todos. Fue durante la jornada sobre 'Sexualidad, diversidad funcional y la figura del asistente sexual', organizada en Barcelona por la Asociación de Parapléjicos y Grandes Discapacitados Físicos de Cataluña.
Durante la misma se presentó la figura del 'asistente sexual' como un acompañamiento destinado a hombres, mujeres o parejas con algún tipo de diversidad funcional, mayores de edad, que independientemente de su género o elección sexual deciden optar por esta posibilidad.
La psicóloga del Instituto Guttmann Ana Gilabert explicó que la sexualidad es un aspecto central del ser humano durante toda la vida, y apostó por la búsqueda de alternativas "de la forma más imaginativa posible". "La sexualidad, como aspecto positivo y enriquecedor de la vida de las personas, es también patrimonio de todos, y la diversidad funcional o la discapacidad no debe anular este aspecto", subrayó.