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El lehendakari, en el Aberri Eguna, garantiza las políticas sociales

Iñigo Urkullu. Imagen: EFE

Durante su primera intervención como lehendakari en un Aberri Eguna (día de la patria), el lehendakari Íñigo Urkullu no quiso dejar fuera de su discurso a los afectados por la crisis. Tras recordar que se viven "momentos económicos difíciles", reconoció que el Ejecutivo "se tiene que apretar el cinturón", al igual que "todas las familias" pero se comprometió con el mantenimiento de la políticas sociales. Los abertzales, por el derecho a decidir.

Aseguró que tiene un programa con prioridades y puntualizó que, aunque las circunstancias son "difíciles", los principios y los valores de su proyecto "destacan más claramente" porque su "compromiso social es más diáfano y el compromiso con las personas se hace más evidente".

Asimismo, emplazó a mirar "hacia el sur", donde se ven servicios públicos que se cierran, privatizaciones y administraciones con deudas que les impiden atender sus responsabilidades". "Eso en Euskadi no va a pasar. Hemos construido un dique de contención, de garantía de los servicios públicos esenciales", dijo el lehendakari. Por ello, frente a la crisis defendió "rigor económico, buena gestión, transparencia, verdad -aunque suene dura-, apertura política y voluntad de cooperación".

Por otra parte, Urkullu pidió a ETA que "termine lo que empezó" porque "no tiene alternativa" y los vascos sólo le permitirán su disolución. "Queremos paz, merecemos la paz, es hora de cerrar heridas. Ya es hora de que sea la legislatura de la paz y la convivencia", ha destacado.

Durante el acto de celebración en la Plaza Nueva de Bilbao, abarrotada de militantes y simpatizantes jeltzales, Urkullu aseguró que su Gobierno "está volcado" con la nación vasca y abogó por "un nuevo estatus político para Euskadi". Afirmó que Euskadi quiere decidir su futuro en libertad. "No tenemos otro horizonte más", destacó.

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