Realizar una cirugía plástica en menores o no dependerá de las circunstancias que rodean a cada caso clínico concreto y del sentido común, señala el cirujano especialista en esta disciplina médica, el doctor Javier Collado.
En profundidad
En el caso de la rinoplastia, es una intervención de cirugía plástica que sí se realiza en menores "cuando el niño ha sufrido un traumatismo o tiene un problema funcional congénito", explica el doctor. En cambio, cuando el objetivo de la intervención es mejorar la estética, "es recomendable retrasarla hasta cerca de la mayoría de edad, cuando la nariz ha terminado de crecer y posee su aspecto definitivo", añade.
Por otro lado, apunta que la intervención de cirugía plástica más típica en menores de edad es la otoplastia, también conocida como cirugía de orejas de soplillo. En este sentido, el experto comenta que "no es recomendable en menores de ocho años, edad a la que las orejas ya están desarrolladas y han adquirido su tamaño y forma finales. Además, debe ser el propio niño quien demande la operación. Si sus orejas le causan complejo o rechazo, se puede estudiar el caso, pero si no es así, no hay razón para intervenirlo".
En el caso del aumento de senos en mujeres menores de 18 años, el doctor señala que "no se puede poner pecho a una adolescente que no se sabe si ya ha acabado de desarrollarse". En este sentido, recomienda esperar, al menos, a la mayoría de edad para que la paciente tome esta decisión con la máxima autonomía. Sin embargo, Collado matiza que las deformidades mamarias, cuando causan un trastorno psicológico a quienes las tienen, suponen una excepción a esta máxima.
Más detalles
Asimismo, expone que, en rinoplastia y otoplastia, el proceso operatorio es el mismo en menores y adultos. En concreto, "la otoplastia es una intervención ambulatoria, se hace con sedación y anestesia local, aunque a los niños sí los dormimos con anestesia general. Dura una hora y, tras un par de horas de recuperación, el paciente regresa a casa. Con la rinoplastia pasa algo similar, cada vez es una intervención más precisa, con mejores resultados y recuperaciones".
Igualmente, subraya que la iniciativa de someterse a una operación estética, a cualquier edad y al margen de patologías funcionales, debe partir del paciente, quien ve en un determinado aspecto de su físico una fuente de malestar emocional.
A tener en cuenta
No obstante, el cirujano reconoce que "en jóvenes, no menores, sí hemos detectado en los últimos tiempos pacientes que vienen a la consulta con problemas estéticos cada vez más pequeños o de menor importancia, posiblemente consecuencia de la falsa perfección que venden las redes sociales".
"En este punto, es donde la ética y la profesionalidad del cirujano entran en juego, en el sentido de si merece la pena someterse a una intervención para una mejora tan pequeña. De todas formas, siempre es importante recordar que la cirugía y la medicina estética son para mejorar lo natural, no para convertirlo en artificial", concluye.