
La crisis económica está haciendo estragos. La próxima lista de los más ricos del mundo de la revista Forbes no será ni sombra de lo que era. Desaparecerán muchos de los 87 multimillonarios rusos de la anterior relación de mayo del 2008. Deripaska, El rey del aluminio, se ha convertido de la noche a la mañana en mendigo.
El motivo es que los oligarcas han perdido gran parte de sus fortunas. Los activos de sus emporios están tocando fondo y los bancos occidentales les reclaman los créditos con los que intentaban ampliar a golpe de talonario sus dominios.
Mientras la crisis no golpee a la economía real, aquellos jóvenes empresarios que se aprovecharon de las privatizaciones en los noventa son vistos en la sociedad rusa con un prisma un tanto cínico.
No se les perdona que en ese proceso de enriquecimiento personal no quedara nada para los trabajadores-propietarios de las empresas soviéticas. Pero también se les admira, pues reflejan los recientes años de bonanza económica.
Esa admiración, sin embargo, puede cambiar en los próximos meses si se generalizan los despidos masivos o las vacaciones sin sueldo que ya han empezado en algunos sectores. Los sindicatos rusos, cuya misión - salvo excepciones-sigue siendo la de organizar festejos y vacaciones, no han conseguido parar el despido de tres mil personas en la siderúrgica MMK de Magnitogorsk, al sur de los Urales. Y el líder del sector del automóvil, KamAz, ha anunciado que tendrá que prescindir de cinco mil trabajadores.
El rey del aluminio se ha convertido de la noche a la mañana en mendigo.La fortuna de Oleg Deripaska, que figuraba en mayo como el hombre más rico de Rusia con 28.000 millones de dólares, ha quedado reducida a 7.200 millones. Técnicamente, se encuentra en números rojos: el periódico Izvestia le calcula una deuda de 14.000 millones. En total, los seis hombres más acaudalados del país pueden haber perdido desde el verano 131.000 millones de dólares.
Varapalo para la industria rusa
Apoyándose en Rusal, la segunda empresa más grande del mundo en el sector del aluminio, Deripaska intentó una expansión por todo el mundo. Su esquema de trabajo era el siguiente: compraba una empresa que dejaba como señal a los bancos a cambio de créditos que servían para comprar nuevas empresas. El plan se vino abajo cuando los bancos cerraron el grifo. La compañía ha perdido gran parte de su valor, los créditos se han encarecido y ahora no hay con qué pagar.
El ocaso de Deripaska y los suyos
Discreto en los negocios y la vida, Deripaska se convirtió en el hombre más rico del país en el 2007, según estimaciones de la revista Finans. Deripaska tuvo que vender hace unos meses Magna International, una compañía canadiense del sector del automóvil, y sus acciones en la constructora alemana Hochtief AG, participada entre otros por la española ACS. Pero debió acudir a los bancos para comprar el 25% de Norilsk Nickel, la mayor extractora de níquel y paladio del mundo.
También ha sido golpeado por la crisis un antiguo socio de Deripaska en el aluminio, . De sus 23.500 millones de dólares eel dueño del club de fútbol inglés del Chelsea Roman Abramovich estimados por Forbes,y descontadas deudas, su fortuna actual supera difícilmente los 1.300 millones. ¿Qué le ha pasado? Simplemente, que las acciones de la mayor compañía rusa de acero, Evraz Group, de la que Abramovich posee el 36%, valen 13 veces menos.
Otro gigante de la metalurgia, NLMK, ha perdido cuatro veces su valor en la bolsa de Londres. Vladimir Lisin era el tercer hombre más rico de Rusia cuando su 85% de la compañía valía 22.200 millones de dólares. Los expertos calculan que ahora se podrían valorar en 3.100 millones.
La lista de afectados continúa. Alexei Mordashov, dueño de un imperio metalúrgico basado en la Severstal, ha perdido 18.800 millones. El principal accionista de Norilsk Nickel, Vladimir Potanin, 17.100 millones.
La manera de afrontar la crisis del pueblo ruso
Los ciudadanos rusos afrontan el inminente impacto de la crisis con dos actitudes: unos están dispuestos a gastar como nunca, aprovechar hasta el último momento; otros intentan ahorrar para cuando lleguen las dolorosas vacas flacas.
Los operadores de turismo indican que los viajes de Año Nuevo a las ciudades europeas han caído este año un 20%. También han descendido los viajes de negocios para directivos, casi a la mitad. Se salva el turismo de alto standing. Las ciudades de vacaciones para ricos en los Alpes, como la francesa Kurshevel, la suiza Saint-Moritz o la austriaca Zeefeld siguen atrayendo a los nuevos rusos.
También está dividida la opinión sobre si la crisis será o no será buena en Rusia. "Puede ser una oportunidad para depender menos de productos importados", dicen algunos empresarios.
"Las empresas no efectivas dejarán de existir y saldrán adelante las rentables", apunta el economista Andrei Yakovlev, vicerrector de la Escuela Superior de Economía. "La crisis es una oportunidad para unos sindicatos casi muertos, pues pueden aumentar su credibilidad y su posición en todos los sectores", cree Elena Rodkina, directora de personal en Ralf Ringer, la mayor empresa de zapatos para hombre de Rusia.
"La crisis de 1998 fue la mejor época. Los vecinos nos ayudábamos unos a otros. Ahora hay dinero y cada uno se ocupa de lo suyo", dicen en la calle los menos pesimistas.
El bon vivant
De la coctelera en la que se han metido los oligarcas el que puede salir mejor parado es Mijail Projorov, un bon vivant pillado en alguna que otra juerga comprometedora en esas ciudades de vacaciones de los Alpes. Parece que vio llegar la crisis cuando hace poco vendió sus acciones de Norilsk Nickel y Rusal. Así que, aunque ha perdido más de 15.000 millones, todavía le quedan dólares.