
Rusia pidió ante la ONU una pausa en la campaña de bombardeos de la coalición árabe en Yemen, debido a la crítica situación humanitaria que atraviesa ese país.
La campaña militar de los países árabes, lanzada el 26 de marzo y liderada por Arabia Saudita, frenó el avance de la milicia chiita de los hutíes, apoyada por Irán. Los rebeldes quieren apoderarse de Adén, gran ciudad del sur, tras haber tomado la capital Saná y regiones del norte y sur del país.
En el campo de batalla, los rebeldes se enfrentan a la resistencia de "comités populares", una fuerza paramilitar que apoya al presidente Abd Rabo Mansur Hadi quien, ante el avance de los hutíes, tuvo que abandonar su feudo de Adén para refugiarse en Arabia Saudita.
Jaled Bahah, el primer ministro yemenita que tuvo que dimitir ante la ofensiva rebelde, se unió a Hadi en Riad para iniciar una gira por la región.
Entretanto, en Nueva York, Rusia presentó en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución que pide una pausa humanitaria de los bombardeos para permitir sacar a los extranjeros del país.
Dina Kawar, embajadora de Jordania que preside el Consejo, indicó, tras la reunión, que los miembros de esa instancia necesitan "tiempo para reflexionar" sobre la propuesta rusa.
El embajador de Arabia Saudita no dijo, por su parte, si su país está dispuesto a detener los bombardeos.
Ante la gravedad de la crisis en Yemen, el comité internacional de la Cruz Roja (CICR) exigió una interrupción de los bombardeos durante 24 horas para poder atender a la población.
Pero en Riad, el general de brigada Ahmed Assiri contestó que la ayuda humanitaria sólo se dará cuando las condiciones lo permitan.
"La operación humanitaria forma parte de nuestro trabajo", declaró. "No queremos abastecer a las milicias".
El presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, afirmó, por su parte, que la prioridad de su país, miembro de la coalición árabe, era asegurar la navegación por el mar Rojo y el estrecho de Bab el Mandeb, que separa África y la Península Arábiga.