Las fuerzas de seguridad rusas buscan a tres cómplices de las dos mujeres suicidas que perpetraron este lunes los atentados con bomba en el metro de Moscú, en los que murieron más de 30 personas, según fuentes policiales. Además, Rusia no descarta una pista extranjera en la investigación de lo ocurrido.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, declaró el lunes en la noche que no se podía descartar una pista extranjera en el doble atentado suicida que causó al menos 38 muertos en el metro de Moscú, informó la agencia Interfax.
"Todos sabemos muy bien que hay terroristas clandestinos muy activos en la frontera entre Afganistán y Pakistán", ha asegurado el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov. "Sabemos que varios atentados son preparados allí, para ser perpetrados no sólo en Afganistán, sino también en otros países", ha indicado.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha afirmado que, según los primeros datos, los dos atentados registrados en hora punta de esta mañana fueron organizados por grupos terroristas del Cáucaso Norte y protagonizados por mujeres suicidas.
Los forenses y criminalistas hallaron las cabezas y fragmentos de los cuerpos de ambas terroristas kamikaze y esperan identificarlas, según dijeron a las agencias rusas fuentes de la instrucción.
Las explosiones ocurrieron en las céntricas estaciones de metro Lubyanka y Park Kultury con un intervalo de menos de una hora y causaron 38 muertos y unos 70 heridos, muchos de ellos graves, según los últimos datos. Además, los agentes de seguridad informaron de que buscan a otras dos mujeres de rasgos eslavos, que acompañaron a las terroristas suicidas hasta la entrada del metro moscovita y que fueron filmadas por las cámaras de seguridad.
Asimismo se busca a un hombre, de 1,80 metros de altura y unos 30 años de edad, con barba y vestido con una cazadora azul, gorra de béisbol oscura y zapatillas deportivas blancas, que también podría estar relacionado con el atentado.
En Internet también han aparecido informaciones sobre dos o tres mujeres musulmanas sospechosas vistas en la estación Lubyanka poco antes del atentado, una de las cuales incluso se habría arrodillado directamente en el vestíbulo para rezar, según el diario digital Lifenews.
Algunas versiones indican que la policía de Moscú podría haber tenido conocimiento previo sobre los atentados. Un internauta relató haber oído como un agente de la policía informaba a una empleada de metro de que "hubo explosiones en dos estaciones, y prometen más en otras tres", mientras varios testigos contaron que el pasado sábado hubo redadas policiales y controles de documentación en la misma línea de metro cerca de Lubyanka.
"Atroces y cobardes"
Los atentados han generado la condena unánime y la consternación de la comunidad internacional, que ha calificado los ataques de atroces y cobardes. Desde Estados Unidos, donde el sistema del tren subterráneo de Washington ha incrementado la vigilancia en estaciones y vías, el presidente del país, Barack Obama, ha expresado sus condolencias y la solidaridad de los estadounidense con el pueblo ruso en el repudio a la violencia. La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, h subrayado que el brutal ataque "nos recuerda que el terrorismo es una amenaza para los ciudadanos y debe ser afrontado con una firme determinación". En la misma línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también ha condenado lo ocurrido y ha mostrado su confianza en que las autoridades rusas lograrán llevar ante la justicia a los responsables.
Desde Europa, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha tachado los atentados de "odiosos". Mientras, la canciller alemana, Angela Merkel, ha asegurado que estos "terribles" atentados constituyen un "revés" en los esfuerzos del Gobierno ruso de establecer seguridad. El primer ministro británico, Gordon Brown, ha asegurado que "nunca puede haber una justificación para actos de este tipo" y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, también ha condenado los "brutales" hechos de Moscú.
Interpol ha ofrecido a las autoridades rusas "todos sus recursos" en la investigación de estos hechos "despreciables e insensatos" y ha asegurado que tratará "con carácter prioritario" toda petición de ayuda e información al respecto.
Mientras, la línea roja del metro de Moscú ha vuelto a la normalidad, según ha informado el servicio de prensa del sistema de metro de la capital rusa. Millones de personas utilizan cada día el metro de Moscú y se estima que unos 500.000 viajeros se encontraban utilizando ese transporte público en el momento de las explosiones. Aunque no ha trascendido más información, en San Petersburgo, se han cerrado tres estaciones de metro debido a una alerta de posibles atentados, según las autoridades de la ciudad.
La respuesta del Gobierno
El atentado suicida, el primero en Moscú desde 2004, obligó al Gobierno a imponer rigurosas medidas de seguridad en aeropuertos, estaciones de ferrocarril y el transporte por toda Rusia, mientras en Moscú las autoridades movilizaron a casi un millar de militares para patrullar las calles y líneas de metro. El Ayuntamiento de Moscú ha declarado para este martes una jornada de luto en la capital, mientras el Ejecutivo anunció ayudas y compensaciones a las familias de las víctimas mortales y a los heridos.
El presidente Dmitri Medvédev, que ha asegurado que Rusia llevará a cabo una guerra sin cuartel contra el terrorismo, ha bajado a la estación Lubyanka para colocar una ofrenda floral en el lugar de la tragedia.
Precisamente, el Servicio Federal de Seguridad ruso, cuya sede se encuentra junto a la estación Lubyanka, ha considerado ese doble atentado como una respuesta a la eliminación en los últimos meses de varios cabecillas de la guerrilla separatista islámica en el Cáucaso.
Medvédev ha prometido elaborar "un sistema moderno de aviso a la población y de control del transporte público", mientras el primer ministro, Vladímir Putin, regresó con urgencia de Siberia y acudió a un hospital moscovita para visitar a los heridos allí ingresados.