
Sus mesas son las más codiciadas del verano porque no sólo están junto al mar, en la misma arena de la playa o al borde de un acantilado; además, gozan de vistas privilegiadas. Sirven una excelente oferta gastronómica -faltaría más-, su servicio es impecable, y el buen ambiente está garantizado.
Entre los establecimientos más in del verano hay sencillos, y privilegiados, chiringuitos en las playas de moda; clásicos atemporales en los principales paseos marítimos; y establecimientos selectos, muchos de ellos en hoteles emblemáticos.
Algunos de los más auténticos se conservan en las islas, como Chez Gerdi, restaurante y bar de copas con vistas a la bahía de Es Pujols, en Formentera, con el pescaíto frito como bandera. Y el Vogamarí, en la Platja de Migjorn, especializado en cocina tradicional de la isla con toques vanguardistas. La terraza del restaurante Juan y Andrea, directamente sobre la Playa de Illetes, es otro de los lujos de verano que depara la isla.
Como Flipper & Chiller, a pie de playa en Es Arenals, en Migjorn; en la planta superior tiene una terraza espectacular en la que por la tarde se ofrece servicio de masajes. Uno más, El 10.7 -también llamado Patricia Pepe-, en la carretera de La Mola, un lugar exclusivo y tomado cada verano por actores, directores, modelos... Desde su terraza se disfruta la mejor puesta de sol de Formentera.
El Café Balear de Ciudadella es una referencia en Menorca; excelentes pescados, gambas a la plancha y arroz caldoso. En Ibiza, en la playa D'en Bossa, está el chiringuito más cool: Ushuaia. En Mallorca, las mesas más disputadas son las de El Pí, en uno de los hoteles más emblemáticos de la isla, el Barceló Formentor, con su joven chef, Andreu Genestra, y su privilegiada ubicación, en el romántico cabo de Formentor, en Pollença.
Pero si hay un establecimiento que destaca por sus vistas al mar es el restaurante Las Rocas, dentro del Hotel Jardín Tropical, en Tenerife. Su restaurante gourmet, especializado en pescado fresco y marisco, está situado en una magnífica terraza volada justo sobre el acantilado. Otro rincón privilegiado: la terraza del Beach Club, uno de los restaurantes del Abama Golf & Spa Resort, en Guía de Isora, al sur de Tenerife; vistas sobre el Océano Atlántico y la Isla de La Gomera, comida fresca y ligera, y cócteles para disfrutar del espectáculo de ver sumergirse al sol lentamente en el Atlántico. Y en Lanzarote, la terraza del Hesperia, sobre la misma arena de la playa.
En Almería, el restaurante San José, en el pequeño pueblo del mismo nombre, es un auténtico balcón sobre el mar. Ensalada de bogavante, arroz marinado con gambas de Garrucha, cabrito ecológico deshuesado con peras... Su nuevo chef, Javier Hilario, ha aportado un toque de creatividad a una carta tradicional de buen producto y alma marinera.
Calima, en Marbella, no sólo disfruta de unas vistas privilegiadas desde su sofisticada sala abierta al mar, es uno de los mejores restaurantes de Europa. De la mano de Dani García, el restaurante del Hotel Meliá Don Pepe ha traspasado fronteras con su cocina de vanguardia pero con raíces, tan sofisticada y exquisita como el local. También se disfrutan vistas privilegiadas al mar desde la ciudad, como en la soberbia terraza de Tapa Tapa, del complejo Maremagnum de Barcelona.
No falta el Caribe
Una de las aperturas gastronómicas más sonadas de la temporada llega de la mano del grupo inversor Reig Capital, en tierras del Caribe: la empresa catalana acaba de inaugurar su hotel W Retreat & Spa en la isla portorriqueña de Vieques, el segundo establecimiento hotelero del grupo, tras la reciente inauguración del hotel Mandarin Oriental de Barcelona. El resort, con interiorismo a cargo de Patricia Urquiola, acoge una joya gastronómica, el Mix on the Beach, gestionado por el prestigioso cocinero Alain Duchase, con impresionantes vistas a una de las bahías bioluminiscentes más espectaculares y extensas del Mar Caribe.
Pero si hay una dirección, fuera de nuestro país, que ha pasado de mano en mano como uno de los mejores restaurantes del mundo a pie de playa es el de Las Ventanas al Paraíso, un magnífico resort en la exclusiva zona de Los Cabos, en México, en concreto, en San José del Cabo, en el estado de Baja California, famoso por su cocina y sus bellísimas puestas de sol sobre el Mar de Cortés.
Otro clásico de la zona es el One & Only Palmilla, en Los Cabos, también en México, con su terraza barbacoa en la orilla de la playa, por supuesto privada.
También en Europa hay rincones gastronómicos idílicos con playa privada, como La Conca del Sogno, en Nerano, cerca de Nápoles. O Liola, la tradicional -y sofisticada- trattoria siciliana del Verdura Golf & Spa Resort, con magníficas vistas al mar. Situado a unos 40 kilómetros de la bellísima Agrigento, es uno de los mejores establecimientos de Sicilia, y sus inmejorables vistas son un aliciente; pero si no fueran suficientes, el restaurante proporciona mesas privadas diseminadas sobre la arena de la playa; por supuesto, a la luz de las velas.
El Mediterráneo brinda algunas de las mejores vistas y los restaurantes más demandados. Como el Tagoo, el solicitado restaurante del Cavotagoo, el hotel de moda en la isla de Mykonos. Sofisticado, fresco, luminoso, como su cocina, griega con toque de fusión. Imprescindible reserva, y con antelación. También en Grecia, en Elounda, en la isla de Creta, está otro de los restaurantes a pie de playa con más encanto del Mediterráneo: el Blue Door, una típica taberna griega con sus sillas y mesas populares pintadas de azul mar y manteles de cuadros vichy. Justo al lado está el Olea -ambos pertenecen al Blue Palace Resort & Spa-, más sofisticado e íntimo, con el que comparte la magnífica vista sobre la bahía con la pequeña isla Spinalonga en el horizonte.
Y dos propuestas paradisíacas de playa y acantilado. La primera el restaurante La Ravanne, dentro de uno de los mejores resorts de Isla Mauricio, Paradis. Sombrillas de paja, mesas sobre la arena diseminadas a lo largo de la playa y la mejor oferta gastronómica típica de la zona.
La segunda, en Tailandia, el Dining on the Rocks -del hotel Six Senses Hideaway Samui-, un restaurante que atrae a famosos desde cualquier punto del planeta, y que llegan hasta Koh Samui con la intención expresa de disfrutar de su comida y de sus vistas, soberbias, del Golfo de Siam, en nueve magníficas terrazas voladas de madera y bambú sobre el acantilado en diferentes niveles.