La opinión mayoritaria del PNV es partidaria de pactar con el Gobierno de Rodríguez Zapatero el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, por razones que no están vinculadas exclusivamente con la conclusión del proceso de transferencias previstas en el Estatuto de Guernica, ni siquiera por las transferencias puntuales en materia de I+D o de políticas activas de empleo.
El PNV está convencido de que no se puede dar señales confusas sobre la política económica a seguir en 2009 y tampoco los mercados internos y externos entenderían la prórroga presupuestaria.
Parcelas transferibles
Reconocen en medios peneuvistas que la ministra Garmendia ya insinuó que una parte de la política de I+D debe de gestionarse en proximidad y, por lo tanto, por las comunidades autónomas y, por su parte, también el secretario de Estado de la Seguridad Social. Octavio Granado, reconoció que hay parcelas de la política de empleo que no tocan la caja única de la Seguridad Social y, por tanto, pueden ser consideradas transferibles, aunque otra parte de sus declaraciones ha sido duramente rebatida por el Gobierno vasco.
"El PNV es un partido de orden, es un partido que escucha mucho a los empresarios y éstos no entenderían que se pusiera un obstáculo, como la interrupción de la tramitación de los Presupuestos del Estado, señala a elEconomista un empresario próximo a este partido. Políticamente no lo podría vender, como tampoco se entendería que el Partido Socialista de Euskadi se interpusiera en el presupuesto vasco, con lo que está cayendo".
Animar al PNV para que apoye los Presupuestos
En medios socialistas se ponen en valor argumentos de semejante contenido para animar al PNV a apoyarlos, dejando las cuestiones formales de transferencias en un segundo término.
Un diputado del PNV, sin embargo, aseguraba a este periódico que "tenemos que vender que hemos conseguido algo tangible, no sólo promesas o no sólo dar lecciones de responsabilidad que, por otra parte, estamos dispuestos a darlas, porque la crisis económica nos afecta a todos por igual y no podemos obviar lo que supondría en términos de riesgo que España tuviera que emitir deuda por montantes muy elevados y ni siquiera tuviera aprobado un presupuesto que dé pistas e inspire confianza a los inversores internacionales".
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