París, 12 oct (EFE).- Los países del euro decidieron hoy en París permitir la concesión de ayudas públicas para la recapitalización de sus bancos con el fin de que estos recuperen la liquidez y la fortaleza perdidas en la crisis financiera internacional.
En una cumbre urgente celebrada en la capital francesa, los gobernantes de los quince países del eurogrupo anunciaron un plan que permitirá una refinanciación bancaria "limitada" hasta finales de 2009 y "en las condiciones del mercado", según explicó su anfitrión, el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Se trata de la primera decisión colectiva tomada por países de la Unión Europea, la mayoría de cuyos mercados financieros sufrieron en la semana pasada caídas históricas de sus índices, arrastrados hasta niveles históricamente mínimos por una crisis financiera global.
"Los mercados no han estado funcionando como mercados", criticó el presidente Sarkozy al presentar los detalles del plan conjunto aprobado en París, en los que se aprecian elementos ya incluidos en un programa ya anunciado la semana pasada por el Gobierno del Reino Unido.
Las medidas acordadas en esta cumbre serán seguramente valoradas el lunes por los mercados financieros, que serán con toda probabilidad quienes, con la reacción de sus índices, estimarán si son o no suficientes para detener la marea de pérdidas.
Cada uno de los Estados de la eurozona tendrá la posibilidad, según el plan de París, de conceder "garantías públicas para operaciones de refinanciación bancaria" con la fecha límite del 31 de diciembre de 2009.
"No se trata de hacer un regalo a los bancos sino de permitirles su funcionamiento", insistió Sarkozy, cuyo Gobierno tiene previsto anunciar el lunes medidas específicas de apoyo a la banca francesa, lo mismo que el Gobierno alemán, que mañana precisará las fórmulas de apoyo concretas para las instituciones financieras germanas.
El plan, del que Sarkozy insistió en que constituye una "acción común" de los Estados de la moneda única europea y que respeta la unidad de mercado en el seno de la Unión Europea, se basa en el principio de que "no puede haber una economía sana sin bancos sanos".
El objetivo de la reunión de hoy, que convocó el viernes el propio Sarkozy después de que se la solicitara el presidente del Gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, era "poner dinero para que el circuito económico funcione", resumió el presidente francés.
El presidente francés insistió en la oportunidad de la cita, convocada en escasos dos días y organizada en la capital francesa a sólo tres del próximo Consejo Europeo porque, justificó, "ante una crisis de esta magnitud no habernos reunido hubiera sido una irresponsabilidad".
Sarkozy detalló que las garantías que los Estados podrán prestar a los bancos mediante las aportaciones de liquidez estarán limitadas a un período máximo de cinco años e insistió en que "estarán remuneradas según el tipo de interés del mercado".
Pero el presidente galo distinguió, sin precisar mucho más, que habrá un trato diferente según la "calidad" de los bancos, es decir, en relación con su comportamiento y si cumplieron o no las normas para su funcionamiento.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, quien con la bajada de medio punto en los tipos de interés anunciada la semana pasada marcó un punto de inflexión en la política monetaria llevada a cabo por la institución en los últimos años, señaló: "estoy impresionado por lo que se ha decidido hoy".
Trichet explicó que el BCE, por sí sólo, no podía ir más allá de las medidas tomadas y que por eso necesitaba de la acción de los Gobiernos reunidos en la cumbre con sus máximos dirigentes.
Otro de los participantes en la reunión de urgencia del Eurogrupo, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, anunció que el ejecutivo comunitario presentará antes del próximo miércoles un "dispositivo legislativo" que sirva de marco a las medidas sobre garantías para los depósitos de los ahorradores europeos.