Política

La Audiencia de Málaga concede el tercer grado a Julián Muñoz

La Sección Tercera de la Audiencia de Málaga ha confirmado el tercer grado para Julián Muñoz. Así, la Sala rechaza los argumentos del fiscal en contra de la decisión del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Andalucía, con sede en Málaga, de conceder el régimen de semilibertad al exalcalde de la localidad malagueña de Marbella.

El auto de la Audiencia malagueña confirma en su integridad el dictado el pasado 3 de agosto por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria "por concurrencia del supuesto especial contenido en el artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario de enfermedad muy grave con padecimiento incurable". La decisión de la Audiencia de Málaga es firme y contra la misma no cabe ningún tipo de recurso.

Será ahora la Junta de Tratamiento del centro penitenciario donde cumple condena el interesado la que determine el régimen y características del tercer grado, según han señalado fuentes judiciales.

El juzgado concedió el tercer grado al estimar el recurso presentado por el letrado Antonio José García Cabrera, de Lemat Abogados, que se encarga de los asuntos penitenciarios de Muñoz. La Fiscalía se opuso a ese régimen y la Audiencia lo revocó; pero atendiendo a otro recurso del abogado, posteriormente, anuló esa decisión y se emplazó a volver a resolver sobre el asunto.

El Tribunal señala que a su juicio "no es suficiente la existencia en su caso de una enfermedad grave con padecimiento incurable como presupuesto de un supuestos derecho a la concesión del tercer grado", sino que "ha de atenderse a las propias condiciones de vivencia en la prisión", que le colocarían "en una situación de riesgo cierto para su vida, haciendo que carezca de sentido" la resocialización.

Así, a la Sala no le cabe duda de que, a la vista de los documentos médicos, se dan los requisitos para concedérselo. Se indica que el informe de julio de 2015 refleja el agravamiento de algunas patologías ya incluidas en otros estudios anteriores y también la aparición de nuevas, como ictus, obstrucción arterial, y aneurisma, entre otras.

Asimismo, se hace constar que los servicios médicos penitenciarios realizan un seguimiento diario o casi diario pero se ha producido un deterioro "importante y progresivo", pasando "en un periodo inferior a un año de ser una persona capaz de mantener una actividad normal y tener signos menores de enfermedad a convertirse en un discapacitado que requiere cuidados especiales y asistencia hospitalaria".

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