
El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha instado hoy a los embajadores españoles a "explicar y defender" en el extranjero la fortaleza de la economía española, "más allá del momento de dificultad que atraviesa", frente a los análisis "demasiado críticos" que ofrecen algunos ámbitos de opinión.
Esta ha sido una de las consignas que Zapatero ha lanzado en el Palacio de la Moncloa a los 130 máximos representantes de la diplomacia española, reunidos en Madrid en la V Conferencia de Embajadores Españoles.
Mejorar la confianza en España
Poco antes, en la jornada inaugural de la Conferencia, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, había avanzado la misma idea: ante "mensajes interesados y sin rigor" que critican la labor del Ejecutivo ante la crisis, es necesario proyectar en el exterior la confianza en la capacidad de España para salir reforzada.
Zapatero, convencido de que el crecimiento económico español se juega cada vez más fuera de nuestras fronteras -España es el tercer inversor mundial, tras Estados Unidos y Francia-, ha situado como tarea prioritaria de los embajadores el apoyo a las empresas españolas en el extranjero y la apertura de nuevos espacios de inversión.
Su labor, ha garantizado, es "muy importante" para mantener la confianza en el modelo económico español, por lo que les ha instado a defender "con hechos y datos" la fortaleza de la economía española.
Como ejemplo, ha recordado que en el primer semestre del año, la inversión extranjera se ha multiplicado por tres respecto al mismo periodo del año anterior.
Retos en el exterior
El presidente del Gobierno ha abogado por una política exterior "comprometida" y ha enumerados sus principales desafíos: la lucha contra la pobreza, la construcción de la paz, la gestión responsable de los recursos naturales y la respuesta ordenada al fenómeno migratorio.
La "seña de identidad" de la diplomacia española, ha añadido, debe ser la defensa de los derechos humanos y de la convivencia pacífica, contexto en el que es fundamental la reforma de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad.
Aunque ha apostado por dirigir la mirada en esta legislatura a África y Asia, ha subrayado como objetivo prioritario la defensa del interés europeo frente al "desánimo" que pueda cundir en Bruselas y ha abogado por fortalecer el papel de la UE como potencia política y económica mundial.