¿Se saltaron Aena y el Ministerio de Fomento la Ley de Seguridad Aérea al desvelar datos claves de la investigación del accidente de Barajas? Tanto la plantilla, como los expertos en derecho aeronaúticos consultados por elEconomista, coinciden en que sí.
El artículo 16 de la ley, aprobada en 1993, establece que "los datos, registros, grabaciones, declaraciones, comunicaciones e informes obtenidos por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, así como por los integrantes de los equipos de investigación en el desempeño de sus funciones tienen carácter reservado y sólo pueden ser utilizados para los fines propios de la investigación técnica".
Datos reservados
Según las fuentes consultadas, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, incumplió este artículo al desvelar que la empresa se había planteado cambiar de avión, de acuerdo con una grabación en poder de Aena, que esta misma filtró después a los medios de comunicación. Un portavoz del Ministerio de Fomento insistió ayer, sin embargo, en que "la ministra no ha desvelado ningún dato que tuviera carácter reservado porque no se correspondía con lo ocurrido en el accidente, sino con el movimiento que realizó antes el avión".
Un experto en derecho aeronaútico, que prefiere mantener el anonimato, opina, en cambio, que "la ley está para cumplirla y hay que ser muy cuidadoso con las declaraciones y los datos que se facilitan a la opinión pública, porque, al menos como sucede en este caso, son reservados".
Apoyo de Rubalcaba
En una entrevista en Antena 3, el ministro del Interior salió en defensa de la titular de Fomento, Magdalena Álvarez, que avanzó este dato el pasado viernes en el Congreso. "Tenía la obligación de explicar lo que pasó y es evidente por la cinta de Aena que alguien de Spanair llamó y dijo que iban a cambiar el avión si no conseguían arreglarlo", explicó. Para Rubalcaba, si la ministra no hubiera dado esta información y luego se hubiera conocido, "seguramente alguien podría pensar que el Gobierno estaba ocultando algo".
La actitud tanto de Magdalena Álvarez como de Rubalcaba ha generado un fuerte malestar en la plantilla de Spanair, que ha mandado incluso una carta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para reprocharle la actitud de su Gobierno.
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