
Artur Mas ha perdido el control de los tempos del procés. El actual presidente en funciones de la Generalitat difícilmente podrá repetir en el cargo, a no ser que al menos seis diputados de la CUP voten a favor de su investidura. El motivo: se le ha pasado el plazo para poder realizar una segunda sesión de investidura, y por tanto, poder ser investido con mayoría simple (necesitaría dos votos de la CUP y cuatro abstenciones).
Según han confirmado fuentes parlamentarias a elEconomista, ya no queda tiempo para poder realizar las dos sesiones del segundo debate de investidura que necesitaría Mas para poder seguir regentando el Palau de la Generalitat por la mínima.
Para haberse celebrado esas dos sesiones, ayer por la tarde el Parlament tendría que haber anunciado la correspondiente reunión de la Junta de Portavoces y de la Mesa del parlamento para poder convocar el debate. Como esto no se produjo, la primera sesión del debate donde a Mas sólo le vale la mayoría absoluta sería, como muy pronto, mañana. La segunda, en términos legales, no se podría realizar, ya que tienen que pasar 48 horas entre ambas y el lunes a las 00:00 horas, el presidente en funciones tiene que convocar elecciones por agotar los plazos de investidura.
Por tanto, a Artur Mas sólo le queda un cartucho para evitar las elecciones: o consigue mayoría absoluta (más de la mitad de los votos) o inevitablemente tendrá que convocar unos nuevos comicios que se celebrarían en marzo.
El líder de Convegència ya tuvo que trastocar sus planes cuando se produjo el empate a votos de la CUP en su asamblea del 27 de diciembre, por lo que a la espera de que se llegue a un acuerdo in extremis (algo más que improbable), a Mas ya no sólo le vale que la formación anticapitalista le preste dos votos, sino que tiene que conseguir seis.
Reunión entre JxSi y la CUP
Una de las salas del Parlament se convirtió ayer en el escenario del último intento de negociación entre Junts pel Sí y la CUP, aunque se tratara más de un paripé que no de un encuentro de calado. Y es que, fuentes conocedoras del contenido de la reunión informaron a este diario que la CUP "no se movió de la línea que decidió el domingo", es decir, de rechazar la investidura de Mas. A esto se le suma el hecho de que, horas antes Convergència hizo pública una propuesta a Esquerra que tenía más en cuenta un escenario con las elecciones en el horizonte, que no el de un pacto.
La oferta de Mas a Esquerra Republicana (ERC) fue entrar en el Govern en funciones que gobernará hasta nueva fecha electoral, en un intento de reeditar Junts pel Sí en la cámara catalana.
La idea pretendía imitar el sistema que se quería formar una vez formado el ejecutivo catalán con tres macroáreas: economía, relaciones exteriores y bienestar social con Oriol Junqueras, Raül Romeva y Neus Munté como respectivos responsables.
Sin embargo, ERC ya ha rechazado esta propuesta y la tachan de "fraude democrático", ya que creen que estaría "fuera de la ley". La negativa de los republicanos hace pensar que su intención tampoco sería presentarse junto con Convergència a unos nuevos comicios, ya que entre los motivos aludidos, indican que "no se ha visto nunca y menos en plena campaña electoral".
Cataluña se dirige hacia unos nuevos comicios de forma casi inevitable. Un hecho que tanto Mas como Junqueras, como todo Junts pel Sí, saben, pero que no pueden decir porque serían tildados de traidores del proceso por no intentarlo hasta la extenuación.
La CUP dará explicaciones en unas horas, pero la decisión de rechazar a Mas ya está tomada. Y a no ser que Mas se retire como candidato (tal y como han pedido algunas voces de ERC de forma pública), en marzo los catalanes volverán a las urnas.