Política

Aznar: "El peor error es añadir a los problemas que había la financiación autonómica"

El ex presidente del Gobierno, José María Aznar.

El ex presidente José María Aznar, dice que la crisis en España existe, es profunda y, probablemente, durará mucho tiempo. También asegura que los socialistas han hecho poco para enderezar la situación.  "Es absurdo -afirma- que hasta hace poco hayan negado la evidencia y que nunca hayan hablado de crisis: cuanto más se tarda en reaccionar, más difícil y complejo es llegar a una situación de normalidad".

Nos hemos reunido con Aznar en los cursos de verano de la Fundación Faes. Estaba relajado y bronceado. Tenía ganas de hablar, no sólo de la situación española, sino también de Europa y de la Alianza Atlántica. También de su idea de reformar las instituciones internacionales, para crear "un nuevo orden", con nuevos objetivos y nuevas misiones.

Para empezar, ¿cómo es la situación en España? ¿Hay crisis o no hay crisis?

España está en una situación complicada, porque si, por una parte, la llegada del euro nos ha proporcionado ventajas como una mayor estabilidad acompañada por más flexibilidad, por otra parte, la falta de reformas estructurales ha hecho que el país hoy se resienta de la crisis de manera más acusada con respecto al pasado, cuando cada Estado miembro de la Unión Europea podía decidir su política monetaria y se ajustaba en consecuencia.

¿De qué reformas habla?

La verdad es que el riesgo es que España acabe pareciéndose demasiado a Japón. No quiero decir que vaya a entrar en recesión, pero en los próximos años tendrá un crecimiento limitado. Al fin y al cabo, cuanto más tarde se lleven a cabo las reformas, más alto será el precio que tendremos que pagar por la crisis.

¿En qué se ha equivocado España?

En mi opinión, el error más grave se cometió hace cuatro años, cuando los socialistas accedieron al Gobierno. En ese momento, se frenaron las liberalizaciones que había llevado a cabo el anterior Ejecutivo y se empezó a disfrutar de la inercia que proporcionaron los éxitos económicos de la Administración del Partido Popular.

La culpa también la tiene un modelo económico algo obsoleto, ¿no?

El modelo económico español tiene motivos precisos que justifican su existencia: la necesidad de derrotar al problema del desempleo masivo que azotaba al país y de reducir la diferencia económica que nos separaba del resto de los países europeos. Y me parece que los resultados han sido buenos.

Ya, pero ahora usted habla de errores...

Sí, de errores. De errores al negar que el país estuviera en crisis, errores al ser incapaces de adoptar medidas para responder de manera satisfactoria a la coyuntura económica desfavorable. Sin embargo, el error más grave ha sido añadir a los problemas que ya estaban sobre la mesa el de la financiación de las comunidades autónomas. Se trata de una locura porque se ha desencadenado un enfrentamiento sin precedente entre las diferentes autonomías.

El suyo parece un ataque frontal contra los socialistas y contra Zapatero, ¿es así?

El único objetivo verdadero de Zapatero es el poder. Éste es un límite, porque significa no tener otros proyectos para el país. Cuando los socialistas accedieron al poder, aseguraron que iban a cambiar el modelo del Estado, pero el único resultado tangible que han obtenido ha sido su debilitamiento.

¿En qué sentido?

Los gobiernos y las personas que los dirigen se juzgan sobre la base de los hechos. Y los hechos que tenemos delante son: que se ha debilitado la unidad de España, que estamos en crisis y que el país tiene un peso más bien escaso en el mundo. Por otra parte, el de Zapatero es el único Gobierno radical y sectario que sigue en pie en Europa. Practica un socialismo indefinible, lejano de las teorías marxistas y cercano a posturas liberales más o menos inteligentes. ¿En qué se identifica?, ¿en los matrimonios homosexuales, en la aceptación de la eutanasia o en la paridad? Difícil responder.

Mientras tanto, ellos gobiernan y el PP está en la oposición...

Es evidente que, si el PP no ganó en las últimas elecciones generales, es porque no se hizo lo suficiente. Aunque esto no quiere decir que no haya tenido sus méritos.

Bueno, la diferencia tampoco ha sido mucha

Créame, un millón de votos sí que es mucha diferencia.

Quizás en el PP haga falta un recambio, una nueva línea, ¿no?

Si se cambia, hay que cambiar para mejor y España necesita una buena alternativa. Espero que Rajoy lo sea. Le deseo mucha suerte.

Mientras tanto, sigue habiendo peleas internas. Es la señal de que algo no funciona...

En todos los partidos hay luchas encubiertas, pero lo más importante es que haya un buen proyecto para el futuro. Quien decide la política no es el líder, sino el partido, y el PP puede contar con mucha gente de primer nivel.

¿Y usted tiene ganas de volver a la arena política?

No volveré nunca más, ni con nuevos cargos, ni con nuevas responsabilidades, aunque siga comprometido con la batalla ideológica, con la batalla de las ideas.

Ensanchemos un poco el horizonte. ¿Por qué hay tanta crisis en el mundo occidental?

Porque hay un problema de sistema, de confianza en los valores históricos, en las raíces del pasado. Un ejemplo es Europa. No hay un problema de fronteras y tampoco de tipo institucional, hay un problema de valores. Falta un proyecto, como demuestra el hecho de que hayamos perdido la oportunidad del Tratado de Lisboa. Es una razón más para que, en el futuro, en Europa, los procesos sean fuertes y sólidos.

¿Está Europa en declive?

Sí, porque faltan políticos capaces de proponer proyectos concretos, evaluar riesgos y fijar objetivos. Hay que volver a recuperar los valores antiguos, los del mundo atlántico, hacerlos emerger y ganar. Sólo así se puede superar la parálisis política y también económica que azota Europa.

¿Qué propone?

Propongo que, a nivel atlántico, haya una reforma generalizada de las principales instituciones empezando por la OTAN, para reforzar la alianza entre los países democráticos de todo el mundo. Cuando se dan manifestaciones de impotencia, como la del reciente G-8, ¿qué imagen estamos proyectando si no una, profundamente negativa, de debilidad? Entonces, más vale cambiar, fijar nuevos objetivos, y hacerlo todos juntos. En fin, éste es el ámbito político en el que quiero luchar, sobre todo porque el debate político interno me aburre profundamente.

¿Usted se ocupa de la Fundación Faes, pero también de negocios. ¿Cómo se encuentra en esta nueva dimensión?

Es una experiencia muy interesante.

¿Como asesor de Rupert Murdoch, puede decirme si el magnate australiano desembarcará en España?

No puedo decir nada. Ahora bien, si se presentan oportunidades, lo lógico es analizarlas, tomarlas en consideración. Así es como se hizo con las que se nos presentaron en otros países como el Reino Unido, Alemania o Italia.

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