El Rey Felipe VI ha cargado este miércoles con dureza contra el terrorismo, "cuyo fin no es otro que someter al mundo a su visión perversa y monolítica" y que tiene como enemigos a las "convicciones democráticas, la libertad en el ser, en el sentir, en el creer y en el querer".
En su primer discurso en la recepción anual al cuerpo diplomático, ha expresado su solidaridad con los países que en el último año han sufrido la "barbarie" terrorista y se ha mostrado convencido de que frente al terror y el fanatismo solo hay una respuesta posible: "la fuerza implacable de la razón ejercida en libertad, en el marco del Estado de Derecho, y del respeto a la dignidad y los derechos de todas las personas".
Don Felipe y doña Letizia han vivido hoy, por vez primera como protagonistas, la recepción que el jefe del Estado ofrece cada año al cuerpo diplomático acreditado en España, una vistosa ceremonia que se celebra en el Palacio Real y que ha supuesto la "puesta de largo" de los Reyes ante los embajadores.
El escenario es muy representativo, el Salón del Trono, el reservado para los actos más importantes presididos por el Monarca, y el mismo donde hace un año el Rey Juan Carlos, convaleciente de su última operación, tuvo que afrontar la gran expectación ante el discurso que iba a pronunciar tras las dificultades patentes en su alocución precedente, con motivo de la Pascua Militar.
don Felipe ha recuperado el formato original del acto, iniciado con un larguísimo saludo previo de los Reyes a las dos centenares de personas invitadas, en la Saleta Gasparini, comenzando por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acompañado de su esposa, Elvira Fernández, y del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, junto a la suya.
Por esta sala han ido pasando uno por uno los embajadores de más de cien países, muchos junto a sus parejas, así como autoridades del Gobierno implicadas en la política exterior y representantes de organismos y entidades internacionales, todos anunciados de viva voz por el jefe de Protocolo de la Casa del Rey, Alfredo Martínez.
El Rey, con frac y la insignia del Toisón de Oro en la solapa, y la Reina con vestido negro largo, han saludado durante más de un cuarto de hora a todos los invitados, casi todos muy sonrientes tras estrechar las manos de don Felipe y doña Letizia.