La decisión del Consejo del Poder Judicial de mantener al juez Ruz tres meses más al frente de los asuntos que más salpican al actual Gobierno ha mostrado unas cartas marcadas donde la invitación al magistrado a irsees evidente y donde, finalmente será el magistrado y no ninguna otra institución quien tenga la última palabra.
Había circulado profusamente la sospecha de que el Consejo General del Poder Judicial podía decidir el pasado martes sacar a concurso la plaza que actualmente ocupa interinamente el juez Pablo Ruz al frente del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.
El propio ministro de Justicia, en una declaración en apariencia ingenua, dijo no entender tanto revuelo por este asunto, ya que sería lo más normal del mundo regularizar una plaza que desde la suspensión de Garzón está en situación de provisionalidad...
Finalmente, o no existía aquella tentativa, o el Consejo ha optado por la cordura y, aunque se va a cubrir la plaza vacante, se ofrece a Ruz la posibilidad de concluir sus sumarios abiertos, que son de una gran relevancia judicial y política ya que incluyen los grandes escándalos de corrupción. En efecto, Ruz está investigando, además del 'caso Gürtel' y de su pieza separada el 'caso Bárcenas', los presuntos delitos de Jordi Pujol Ferrusola, el 'caso Neymar', el 'Caso Pescanova', el 'caso Caja Castilla-La Mancha', etc.
Este martes, la comisión permanente del CGPJ ha decidido renovar la plaza que ocupa Ruz incluyéndola entre las 364 que van a ser sacadas a concurso; pero en marzo, cuando la plaza se otorgue a su titular (Ruz no tiene antigüedad bastante para pretenderla), podrá solicitar otra comisión de servicio para mantenerse como juez de apoyo y poner fin a los sumarios.
Se ha evitado así el escándalo que hubiera supuesto apartar a Ruz de sus casos principales, en los que está siendo objetivamente molesto al gobierno puesto que investiga las intimidades del Partido Popular al que acusa de corrupción. Sin embargo, no se ha resuelto el caso con la claridad y contundencia que esperaba la opinión pública. Los jueces, que están siendo premiosos pero eficientes y que están demostrando en general una independencia insobornable, son hoy día el gran rompeolas de la corrupción, y su independencia e inamovilidad han de ser cuidadosamente tuteladas por el órgano de gobierno que los acoge. De ahí que, en lugar de obligar a Ruz a reclamar una nueva comisión de servicio, lo natural hubiera sido nombrarlo de inmediato juez de apoyo para ofrecerle la tranquilidad que necesita en su delicada tarea. No es fácil para un joven juez tener que enfrentarse al poder sin anonadarse por algunas críticas que le han afeado el cumplimiento de su deber.
El Consejo General, en estas circunstancias, debería brindar a Ruz cálido aliento y eficaz soporte, y la solución arbitrada presenta en cambio puntos débiles que podrían suscitar dudas legales y comprometer al cabo su continuidad.
La sombra de la nulidad de Gürtel
Este jueves eldiario.com asegura que un grupo de imputados está estudiando reclamar la nulidad del caso Gürtel, alegando que que si Ruz se queda al frente del caso como juez de apoyo podría incumplirse el artículo 24 de la Constitución, que establece que todos los españoles tienen derecho "al juez predeterminado por ley".
Entidades
La amenaza de cinco vocales progresistas