Política

Análisis | Bienvenido a la casta, Pablo Iglesias, o ¡adiós cigüeña, adios!

Pablo Iglesias, líder de Podemos. Imagen: EFE

Si algo, que no mucho, ha quedado claro en la Asamblea Nacional de Podemos, es que está nueva formación política ha dejado de creer en la cigüeña y empieza a abandonar ese toque naif de adolescencia, tanto en su organización y liderazgo como en su oferta programática. El golpe de Pablo Iglesias.

Es el primer paso todavía. SÍ; pero radical y contundente. Porque ahora que el resultado de las europeas les ha permitido tocar el pelo del poder, empiezan a entender que esa transformación social a la que aspiran, o eso dicen, sólo se puede conseguir abandonando la camisa de fenómeno social antisistema para ponerse el traje de partido político tradicional, y cambiando la utopía de lo imposible por el pragmatismo de la sensatez.

Otro traje político, el liderazgo

Y para eso, desde la esfera del programa han empezado por abandonar esa quimera del impago de la deuda, para empezar a hablar de reestructuración, y con matices. Mientras que la propuesta de una renta básica universal para todos los ciudadanos por el mero hecho de serlo ni está ni se la espera porque alguien, en dos tardes, ha debido de enseñarles que abordar esta promesa obligaría a subir la presión fiscal un 66 por ciento. Y, a ver quien es el guapo que se presenta a unos comicios con una propuesta de esta índole.

Pero más radical es el giro que Pablo Iglesias ha dado a su proyecto de estructura para transformar su idea inicial asamblearia en un liderazgo con tintes caudillistas, al estilo de sus admirados Hugo Chávez y Fidel. Porque Iglesias, no sólo ha defendido la necesidad de un liderazgo firme y único para el nuevo partido, sino que se ha autoproclamado, y sin rubores, como el único capacitado para ganar unas elecciones a Pedro Sánchez y a Rajoy. Afirmación que concluyó con un "ya me gustaría a mí descargarme de esa responsabilidad", que suena más a autojustificación de dictadores y a proclama mesiánico arribista que a discurso democrático.

Pues eso, que ¡bienvenido a la casta, Pablo Iglesias! Y se lo dice alguien que ni es ni ha estado nunca en ella, pero que por su profesión la vive, la conoce muy de cerca y le esperaba.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky