
EN DIRECTO: La evolución del proceso soberanista. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha logrado unir a todos los partidos de la oposición en su demanda de exigir la celebración de elecciones autonómicas anticipadas en el plazo máximo de tres meses. Si el domingo fueron las presidentas de la Asamblea Nacional Catalana y de Òmnium Cultural, Carme Forcadell y Muriel Casals, quienes exigieron los comicios como condición para apoyar la pseudo votación del 9-N, ayer se sumaron a esta posición ERC y la CUP.
Por el contrario, ICV se mostró muy crítico con la fórmula elegida por Mas y exigió una vuelta a la consulta ahora recurrida ante el Tribunal Constitucional o, como alternativa, el adelanto electoral inmediato.
También han pedido abiertamente elecciones Ciutadans, mientras que PSC y PP las ven como la salida natural, aunque temen que no sean favorables a sus intereses. Paradójicamente, el único que no quiere elecciones es Josep Antoni Duran i Lleida, socio de coalición de Mas, que teme la debacle electoral de CiU.
Duran pide un acercamiento del PSC con la anuencia del PP para acabar la legislatura. Ante las escasas posibilidades de convencer a su socios de coalición, Duran prepara para los días 22 y 23 de noviembre el lanzamiento de una plataforma denominada Cataluña al centro con la que podrían acudir a las elecciones con al esperanza de recuperar el voto moderado de CiU.
Desmentido de la CUP
Mientras tanto, Mas gestiona el caos. Ayer su ejecutivo anunciaba que había alcanzado un preacuerdo con la CUP para recomponer la unidad en torno al 9-N y blindar la consulta y poco después el partido liderado por David Fernández desmentía este acuerdo bilateral.
En un comunicado, la CUP explicó que CiU rechazó crear una consejería de la consulta y tampoco renunció a no actuar de forma unilateral si el Gobierno español también recurría la nueva consulta. Por al tarde, ERC se sumó a estas exigencias de la CUP.