
España afronta este jueves en las Naciones Unidas una difícil votación frente a Turquía y Nueva Zelanda en la que se juega formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU por un periodo de dos años (2015-2016). Cuenta atrás para que España logre ingresar al Consejo de Seguridad de la ONU.
Ingresar en el máximo órgano decisorio en materia de paz y seguridad es una de las principales aspiraciones que puede tener un país. Da capacidad de influencia en los grandes asuntos internacionales, ofrece una oportunidad única para estrechar relaciones con el resto de miembros del Consejo y facilita el acceso a información valiosa.
Los 193 países miembros de la Asamblea General de la ONU están llamados hoy para renovar cinco de los diez asientos no permanentes del Consejo, del que forman parte con carácter fijo EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia.
Elección reñida
Las cinco vacantes se reparten entre grupos regionales y el único en el que hay competencia entre distintos candidatos es en el de 'Europa Occidental y otros Estados', al que pertenece España y para el que hay dos vacantes. Los otros tres asientos los ocuparán previsiblemente Angola, Malasia y Venezuela.
La votación para decidir las dos vacantes del grupo de España se espera reñida. La campaña en favor de la candidatura al Consejo de Seguridad se desarrolla a lo largo de varios años. En el caso de España, Turquía y Nueva Zelanda, los tres países han hecho giras internacionales en busca de apoyos y han invitado a sus respectivos países a los embajadores acreditados ante la ONU, que son quienes votan el día de la elección.
Turquía ha sido el país que ha invertido mayor presupuesto en la campaña, seguido de España, cuyo desembolso, a pesar de las restricciones en el presupuesto que marca la actual coyuntura económica, ha sido mayor que el de un país más pequeño como Nueva Zelanda. Para los años 2013 y 2014, España ha contado con un millón de euros para promocionar su candidatura.
Voto secreto
Como el voto es secreto, es difícil hacer pronósticos sobre el resultado. Según los cálculos extraídos de votaciones anteriores, en torno a un 20 % de los apoyos comprometidos durante la campaña no llega a concretarse el día de la elección. Para resultar elegido se requiere una mayoría de dos tercios de los miembros presentes en la votación de la Asamblea General.
Al igual que han hecho sus rivales, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, lleva varios días en Nueva York en un esfuerzo final por pescar votos. España cuenta con el apoyo cerrado de la mayoría de los países europeos, con la excepción de Suecia --España no apoyará la candidatura sueca para el periodo 2017-2018, en la que compite con Italia y Países Bajos-- y Reino Unido, cuya primera opción es Nueva Zelanda.
España considera que, por su peso en la ONU (es su sexto contribuyente mundial, incluyendo aportaciones obligatorias y voluntarias) le corresponde formar parte del Consejo de Seguridad como miembro no permanente al menos una vez cada 10 años. La última vez que estuvo en el máximo órgano decisorio mundial en materia de paz y seguridad fue en el periodo 2003-2004, marcado por la guerra de Irak.
España se ha esforzado en poner en valor su contribución en misiones internacionales de mantenimiento de la paz y humanitarias (130.000 militares destacados desde 1989) pero también los recursos económicos invertidos en la última década en proyectos de cooperación al desarrollo (30.000 millones de dólares en 14 años).
Sin embargo, ha preferido adoptar un perfil bajo en los grandes conflictos internacionales e incidir en su voluntad de promover la paz a través del diálogo, la mediación y la prevención de conflictos.