
Son muchos los que piensan que Artur Mas no celebrará la consulta soberanista el próximo 9 de noviembre. Y que éste, el de este viernes, es el último guiño que hará a los partidos independentistas antes de anunciar un adelanto electoral donde parece tener atrapada a ERC. Los convergentes lo tienen todo calculado, incluso una rebeldía de Junqueras a pesar de la situación privilegiada que le otorgan las encuestas (6,7 puntos de ventaja sobre CIU).
Artur Mas juega a la unidad este viernes y se reúne con los partidos soberanistas para lanzar un mensaje único a favor de la consulta y en contra de las tesis del Gobierno -que ha anunciado la impugnación del decreto- y del Constitucional.
Un proceso de uno o dos años
El president ha dado un paso más allá de los límites establecidos por le ley. La presión de ERC ha sido crucial tras la reunión bilateral que mantuvieron el pasado miércoles. Eso explicaría la determinación que Artur Mas exhibió ayer cuando finalmente firmó el decreto que da paso a la creación del Comité de la Junta Electoral del 9-N, toda una provocación y una actuación por cierto ilegal según el auto cautelar del Constitucional.
Sin embargo -publica El Periódico de Cataluña-, la firma del decreto y la reunión de hoy podrían ser los últimos actos de una obra que acabará sin consulta -al menos el 9-N- y con un adelanto electoral. Así lo rubricaba ayer este medio, de manera que una vez se constate la imposibilidad material de organizar el 9-N con todas las garantías, el president comparecerá para exponer una denuncia sin paliativos del bloqueo estatal y la propuesta de seguir adelante con una convocatoria electoral en febrero o marzo en la que una lista única defienda plantear la independencia de Cataluña en un proceso negociador de uno o dos años.
La lista de Mas
La lista a la que aspira todavía el president Mas -apostilla El Periodico- ha de incluir a Convergència, sectores independentistas de Unió, ERC, parte del soberanismo escindido, del PSC y representantes de la sociedad civil, como Carmen Forcadell o Pep Guardiola.
En este juego de lista única Esquerra se siente "atrapado por la envolvente que el líder convergente le ha tendido". ERC no desea esta lista conjunta, porque cree que sumaría menos votos que si se presentara por separado. Además, temen el efecto de ir de la mano de un partido salpicado por casos de corrupción o por las nuevas sorpresas que pueda deparar el futuro.
De momento, Mas espera agotar todos los plazos para dar definitivamente por perdido el 9-N. Mira al Constitucional y prepara la organización de una acto simbólico para a partir de ese día activar el plan B. Es decir, dar a conocer su lista conjunta, con un programa electoral donde no cabe la declaración unilateral de independencia. Además, si Esquerra se presenta en solitario, y por tanto no acepta sus condiciones, CDC no les brindará su apoyo.
Y por si hay dudas del 'chantaje' al que Mas parece estar sometiendo a Oriol Junqueras -escribe EPC-, CDC se está procurando munición de la desobediencia que el líder de ERC está poniendo en práctica en el Ayuntamiento de Sant Viçens dels Horts, del que él es alcalde, en cuanto a las liquidaciones a la Agencia Tributaria catalana.
Mas no solo quiere una lista conjunta para unos inmediatos comicios. También quiere concurrir con la misma en las municipales de mayo de 2015 y en las generales previstas para finales de 2015. Por cierto, en el Palau dejan muy claro que Artur Mas será el único cabeza de lista.