
Un órdago en busca de una salida airosa. Así se interpretaba ayer en los cenáculos parlamentarios el anuncio de Artur Mas de convocar elecciones anticipadas si se le impide sacar las urnas a la calle el 9 de noviembre. Y órdago sí parece, pero más propio de la ruleta rusa que del mus. | Rajoy elevará la capacidad fiscal de Cataluña si Mas retira el referéndum
Nadie duda en Cataluña, y tampoco en la Generalitat, de que esas elecciones anticipadas serían el suicidio político de Convergencia y del propio Artur Mas, para dar paso a un nuevo Ubu President, ahora con las hechuras de Junqueras y al reinado republicano de ERC.
Operación Compresa
Y eso es lo que Mas habría querido dar a entender a quien corresponde, que en este caso no es otro que Rajoy. O me lanzas el cable para huir con dignidad o te las arreglas con Oriol. Un salvavidas que no es otro que la concesión de todas, o una parte, de los 23 deseos que llevaba la Carta a los Magos que Artur llevó el 30 de julio a La Moncloa, y que se resumen en más autonomía y más dinero.
Y en eso están también Mariano y sus ministros, en una estrategia que podría llamarse Operación Compresa, por aquello de que hasta ahora ni se nota, ni se mueve, ni traspasa, aunque se lleva. Que en eso sí es un artista el presidente, en trabajar con discreción, y en manejar los tiempos mientras exaspera al oponente y desconcierta al personal.
Una táctica adobada con elevadas dosis de paciencia que le ha dado incontestables resultados, pero que hoy se antoja peligrosa. Porque, como decía ayer Joaquim Gay, ahora no se trata de una confrontación política que se resuelve con el triunfo de un partido sobre el otro. Ahora estamos ante una controversia social más allá de los partidos, que necesita diálogo, negociación y pactos sin ocultamientos ni nocturnidades.
Ahora lo que está en juego es mucho más que una legislatura o un Gobierno. Nos jugamos la unidad de España, la continuidad de un gran proyecto nacional y mantener la recuperación económica y la regeneración social. Y si para ello hay que reformar la Carta Magna, pues hágase, pero con luz, taquígrafos y las cartas boca arriba.