Política

El Metro de Madrid también se desangra en verano hasta rozar la agonía

El Metro de Madrid sigue acumulando problemas | EFE

El Metro de Madrid se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza de sus ciudadanos en los últimos años. Los recortes generados por la crisis, unidos a las subidas de las tarifas y el empeoramiento del servicio han dejado al suburbano madrileño al borde de una agonía inédita desde que el servicio alcanzara su cénit hace ya casi siete años.

Según publica El Mundo, fue en 2007 cuando esta forma de transporte alcanzó sus mejores cifras de usuarios. Casi 60 millones de viajeros mensuales se montaban en sus vagones cada día para recorrer las doce líneas de las que se componen. Hoy, tiempo después, Metro de Madrid ha perdido 15 millones de usuarios mensuales y, lo que es más sangrante para ellos, la calidad del servicio ha bajado hasta niveles antes desconocidos según denuncian los propios madrileños.

Escaleras averiadas (y jamás arregladas), retrasos que exceden con mucho el tiempo de espera reflejado en los paneles, accesos cerrados, estaciones sin personal de Metro o trenes sin forma de climaticación se han convertido en algunas de las quejas habituales que, día sí, día también, hacen llegar los ciudadanos a Metro a través de las redes sociales y los medios oficiales expuestos para ello. Sin embargo, y pese a esta oleada de quejas, los problemas denunciados no mejoran e incluso van a peor, algo que ha provocado la ya citada bajada en el número de viajeros.

Un descenso notable que también se explica con las subidas de tarifa experimentadas tanto en los abonos mensuales, como en los billetes individuales, donde los viajes que superen las cinco estaciones alcanzan el notable precio de dos euros, el doble de lo que costaba el mismo trayecto en 2007.

Este verano el problema se está acentuando debido a las múltiples obras de mantenimiento que se están realizando en varias líneas de forma simultánea y que convierten al Metro de Madrid en una sucesión de líneas cortadas con difíciles combinaciones y tiempos interminables de conexión debido a la también habitual bajada en la frecuencia de trenes.

Son muchos los usuarios que han denunciado esta fiebre masiva de mantenimiento tras años de veranos sin mejora ninguna en el servicio. Y es que 2015, afirman, es año de elecciones locales y eso podría haber provocado un disparado deseo por mejorar la red de Metro tras años de relativo abandono.

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