El pasado 26 de julio, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se enfrentó a una situación poco deseable cuando salía de una peluquería cercana a su casa de Barcelona.
Al parecer, un individuo armado con un pastel de nata y acompañado por otros tres hombres, esperaron a que Mas saliera del local, ya arreglado, para 'desarreglarle'.
Uno de ellos le estampó con suavidad la tarta en la cara, gesto al que no tardaron de acudir los Mossos d'Esquadra, según ha relatado un testigo al medio Dolcacatalunya.com. Otra persona del grupo fotografió el instante. Esta misma historia ha sido relatada por Pilar Eyre este sábado para el diario El Mundo.
La cosa no acaba ahí, y el president, tras limpiarse la cara, pregunta al hombre si irá a votar y le anima a hacerlo. "Puede que aún tenga el carné del partido en casa, pero estoy harto", le contesta, según relata el testigo a la web catalana.
Los agentes requisaron las fotografías, y pactaron el silencio de los agresores a cambio de dejarles tranquilos.
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El plan de Mas si ERC no le respalda
