Artur Mas se ve acorralado. Pierde fuelle en las encuestas y su único aliento en esta legislatura es un ERC que no cesa de exigirle la celebración de la consulta soberanista a cambio de apoyos en el Parlament. Este martes, el president de la Generalitat no descartó que si no se produce un cambio en su relación con Junqueras se verán abocados a adelantar las elecciones autonómicas previstas para 2006. Iniciativa per Catalunya asegura que "Mas está buscando la mejor manera de morir políticamente". | Ada Colau: "Cataluña y España se llevan muy bien...Son los políticos los que intoxican"
"Alejado de la realidad", observó ayer Enric Millo del PP, al presidente Mas. "Nervioso, a la defensiva, más preocupado en justificarse", lo definió Ester Niubó del PSC... Así calificaban varios dirigentes políticos el estado de ánimo de Artur Mas tras su comparecencia ante los medios en la que hacía un balance de los siete primeros meses del año, y donde alcanzó a decir que la consulta estaba preparada, y si bien el gobierno no lo impedía ésta se iba a celebrar.
Un día más tarde, el diario El Mundo se hace eco de la resignación de Artur Mas, quien ya no esconde que es muy posible que no llegue a agotar este mandato. "No se pueden confundir los deseos con la realidad", reconocía en público.
Oriol Amorós, portavoz de ERC era explícito ayer en sus declaraciones. "Cataluña necesita cambiar de etapa urgentemente". Amorós pidió un cambio histórico. Desde Iniciativa per Catalunya dan por hecho que habrá elecciones anticipadas tras el previsible no del Gobierno central a la consulta.
Hoy, y desde una de las columnas del diario El Mundo, Salvador Sostres afirma: "Todos sabemos, también que no va a haber consulta. Lo sabe Mas, porque lo ha pactado con Rajoy, lo sabe Junqueras, por que no es imbécil".
Con estos mimbres, y ante la falta de apoyos de no celebrarse la consulta, al president Artur Mas no le quedará más remedio que adelantar las elecciones autonómicas, unos comicios que todas las encuestas dan como ganador a ERC.
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Mas apela a la democracia y al diálogo