Política

El veraneo de Soria en un hotel ilegal de Lanzarote

El Tribunal Superior de Justicia Canario declaró ilegal el hotel. Imagen: Getty

Ya es el tercer año consecutivo que las vacaciones del ministro José Manuel Soria son objeto de polémica por elegir pasar sus días de descanso en el Hotel Volcán Lanzarote, un hotel que ha sido declarado ilegal por la Justicia por haber sido construido con una licencia irregular.

Fueron los ciudadanos que se encontraban en Lanzarote los que avisaron por las redes sociales de la presencia de Soria en la isla. Pese a que desde el hotel se negaba que allí se hospedara "ningún político" y el Gobierno no se pronunciaba al respecto, como informa el diario Canarias Ahora, pudieron confirmar la información gracias a llamadas con un miembro de Interior.

Un proyecto corrupto

Fue el Tribunal Superior de Justicia de Canarias el que declaró ilegal el hotel, por haber sido construido en base a una sentencia ilegal concedida por el Ayuntamiento de Yaiza.

Este hotel, incumplía el Plan Insular de 1991, la revisión del año 2000 y carecía de autorización turística previa, que la consiguió año y medio después de la licencia de obra del proyecto básico, y mes y medio después de la licencia del proyecto de ejecución.

Además, ni siquiera el proyecto se ajustaba a los parámetros que tenía permitidos; superaba el número máximo de camas, que eran 206 y contaba en su lugar con 502. Sin embargo, en ningún momento dejó de funcionar gracias al alcalde de Yaiza, José Francisco Reyes, que fue procesado por corrupción urbanística.

Pero aunque se le ha recriminado desde que veranease allí por primera vez, el ministro no cambia de destino y sigue alojándose en este hotel del grupo Martinón, con cuyo presidente mantiene una estrecha amistad que incluso ha hecho que José Manuel Soria fuera el encargado, en noviembre de 2013, de inaugurar uno de sus nuevos centros en la República Dominicana.

El ministro tampoco puede alegar desconocer la ilegalidad del hotel, puesto que toda la polémica de los hoteles clandestinos de Lanzarote -que incluso contaron con 36 millones de euros de subvenciones de la UE- vivió su punto álgido justo cuando él era vicepresidente y consejero de Hacienda del Gobierno canario.

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