
El expresident de la Generalitat, Jordi Pujol, combate el escándalo con el silencio y la tranquilidad que reina en la comarca catalana de la Cerdanya, donde se ha instalado desde su confesión de fraude el pasado 25 de julio.
El cabeza de la familia Pujol Ferrusola se instaló primero en la casa de su hijo Josep, en Tor de Querol, y ya desde esta semana se encuentra en la residencia de su primogénito, Jordi, en la misma comarca pirinenca.
Según relata El Periódico de Cataluña, los vecinos han visto tanto a Jordi Pujol como a su mujer, Marta Ferrusola, saliendo a la terraza de la casa a última hora del día. Su hijo mayor también se encuentra acompañándoles.
Las persianas están bajadas y las persianas corridas durante el día, un gesto con el que la familia trata de preservar al máximo su intimidad en un momento de consternación y estupor social y político tras confesar Pujol que llevaba 34 años sin declarar una fortuna que tenía en paraísos fiscales.
Los vecinos llevan viendo luz en la casa desde hace un mes, cuando en esta época la familia Pujol no solía pasar tiempo en su vivienda de Cerdanya.
La investigación continúa. De momento, informes policiales estiman en 1.800 millones de euros el total de la fortuna familiar repartido en distintas cuentas y paraísos fiscales. De estos, 500 millones estarían en Andorra.