El expresidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, el dimitido Carlos Dívar, mantiene a día de hoy 15 escoltas y coche oficial, según informa la Cadena Ser. Se trata de un servicio similar a la protección de la que gozan los expresidentes de Gobierno.
El Ministerio de Interior, aporta la información de cadena del Grupo Prisa, justifica este pago en el hecho de que se trata de alguien que ha ocupado una altísima responsabilidad y que, además, ha estado amenazado por ETA.
Este dispositivo de seguridad está constituido por 11 guardias civiles y cuatro policías nacionales, además del coche oficial con lunas tintadas en el que Dívar se traslada una vez al mes a un hotel de Torremolinos y en el que va a acompañado por dos de estos agentes. Un despliegue que las mismas fuentes cifran en 385.000 euros al año.
En este sentido, el dispositivo de Dívar es bastante mayor que el de algunos compañeros, como por ejemplo su sustituto en el cargo, Gonzalo Moliner, o que, incluso, el de algunos exministros en situación de riesgo, como lo son los de Interior.
Este sistema de seguridad en torno a Dívar choca también con las medidas aprobadas por el gabinete de Rajoy que dejaron sin escolta estática (en los domicilios) ni móvil (que llevan a cabo policías nacionales en los desplazamientos) a jueces y fiscales de la Audiencia Nacional y el Supremo, permitiendo únicamente las labores de contravigilancia.
Pese a todo, Interior se ha cerrado en banda y asegura que Dívar precisa de un "alto nivel de seguridad" al haber sido un "altísimo cargo" del Estado.
Por su parte, y preguntado por ello, expresidente del Supremo ha aseverado que nunca pidió una escolta personal, pero que se la concedieron desde el Ministerio del Interior.
Esta polémica llega después de que hace dos años Dívar tuviese que dimitir de su cargo salpicado por el escándalo de sus 32 viajes en larguísimos fines de semana a Marbella y otros destinos y a su decisión primera de aferrarse al cargo hasta que finalmente optó por dimitir.
En estos viajes Dívar cargó los gatos de comida y alojamiento llegando a gastarse, en un solo fin de semana, más de 2.000 euros.