
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha afirmado este martes que está dispuesto a dialogar sobre el proceso soberanista catalán y ha calificado la consulta convocada por la Generalitat de "problema político de gran envergadura".
En una entrevista en la cadena Ser, Rajoy ha señalado que el Ejecutivo "no puede aceptar" una consulta que el Parlamento y el Tribunal Constitucional ha dicho que es contraria a la Constitución. No obstante, ha afirmado que espera que por la vía del diálogo y del sentido común se pueda resolver este "problema político de gran envergadura".
El presidente del Gobierno ha apuntado, preguntado si se contempla reformar la Constitución, que siempre que se abre un proceso así hay que saber "dónde se va".
Tras apuntar que no es contrario a reformar la Constitución, sí ha dejado claro que "si alguien quiere reformarla es importante que se diga qué se quiere hacer" y ha recordado que él mismo apoyó su reforma en dos ocasiones, la última bajo el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. "El diálogo no se rompe nunca", ha subrayado Rajoy al ser preguntado al respecto.
"Estoy abierto a escuchar. Estoy dispuesto a dialogar, pero si es para que yo tenga que decir que sí a una cosa a la que el Parlamento y el Constitucional ha dicho que no, me lo ponen imposible", ha destacado, antes de afirmar que nunca se le ha caracterizado por ser una persona "intransigente" con la que "no se pudiera hablar".
Malestar por la corrupción
La corrupción ha sido otro de los temas tratado por el presidente en esta entrevista. En este sentido, Rajoy ha asegurado que entiende "absolutamente" que los ciudadanos estén molestos por que el Gobierno del PP les exija pagar impuestos mientras la Audiencia Nacional investiga si este mismo partido utilizó dinero negro para abonar la reforma de su sede nacional, en Madrid. "Lo entiendo absolutamente".
"Mejor me habría pasado que no hubiera ocurrido ese asunto", ha dicho, para añadir que lo desconocía por completo y que acatarán lo que resuelva el juez que investiga. El presidente ha admitido el malestar ciudadano por que parte de quienes dirigían el partido en aquel momento estén ahora en el Gobierno y reclamen el pago de todos los bienes y servicios con factura, con IVA. Y ha añadido que ha pedido explicaciones, pero que nadie en el partido ahora las da porque "no lo saben". "No estaban en la contabilidad del partido esas cosas, son unos papeles que los demás desconocíamos", ha añadido.
Rajoy ha insistido en limitar lo ocurrido al extesorero de su partido, Luis Bárcenas, que estuvo "25 o 30 años" trabajando en el PP sin que "nadie" conociera lo que hacía. Tampoco él lo sabía, ha agregado, cuando le envió un mensaje de texto al extesorero en enero de 2013 animándole a ser fuerte, cuando había comenzado la investigación sobre el patrimonio de Bárcenas en Suiza.
"Yo no conocía las cosas que hoy conocemos todos, ojalá que no vuelvan a suceder nunca más", ha dicho sobre el envío de ese mensaje. "La relación era normal y las cosas eran así".
El aborto ha sido otro de los temas abordados. Rajoy ha defendido la reforma de la ley y reiterado la voluntad de "escuchar a todo el mundo" pero sin retirar el anteproyecto que lidera el ministro Alberto Ruiz-Gallardón. "No vamos a retirarla, estamos dispuestos a hablar", ha respondido.
Y su continuidad política ha sido otro eje de esta entrevista al asegurar que no está pensando en su "relevo" y ha recurrido a su propia 'leyenda' cuando se le ha preguntado si, como su antecesor José María Aznar, aspirará sólo a dos mandatos: "Todo el mundo dice que tomo las decisiones a última hora, así que no les voy a quitar la razón, y por tanto esperaremos a última hora".
El jefe del Ejecutivo ha asegurado que no es que le guste su propia 'leyenda' sobre su demora a la hora de tomar decisiones, incluso ha dicho que no se fija "en estas cosas", pero ha admitido que "como todo el mundo lo dice, pues tendrán razón".
Eso sí, ha hecho hincapié en que "a estas alturas" de su vida política no piensa en sí mismo, sino que su único objetivo es "hacer las cosas bien en beneficio de los españoles", después de haber estado ocho años en la oposición -"no fueron tiempos fáciles", ha reconocido- y de haber llegado al Gobierno en un momento "difícil".