Política

Un grupo de poder en manos de los empresarios con caché

El presidente del Círculo de Economía, José Manuel de Lara

Hablar del Círculo de Economía es hablar de poder. La institución, que nació hace ahora medio siglo, se ha convertido, con los años, en un parapeto perfecto para una clase empresarial catalana a la que nunca le ha gustado dar la cara de forma individual. Medio en broma medio en serio, el director general de la entidad, Jordi Alberich, lo ha definido muy bien: "El Círculo es como el Espíritu Santo: no tiene cara".

Ni el presidente de turno, ni los miembros de la junta directiva emiten ninguna opinión de forma individual. Quién habla es la institución a través de unos documentos a los que han bautizado como Opiniones del Círculo y el presidente es un mero portavoz. Ese anonimato permite al empresario catalán expresarse sin dar la cara, de forma que se siente protegido frente a unos políticos que, a través de su poder ejecutivo, podrían tomar represalias contra ellos si actuaran de forma individual. Como en otros tantos casos, la unión hace la fuerza.

Dos Círculos en la misma ciudad

El anonimato que tanto gusta a los miembros del Círculo es consustancial a su origen. La institución nació hace algo más de cincuenta años en la España de Franco, donde las asociaciones estaban prohibidas. Su origen es el Club Comodín de ajedrez, un camuflaje perfecto para escapar del control de la dictadura. Allí empezaron a mover sus fichas una nueva generación de empresarios y académicos. En la Ciudad Condal existen dos instituciones empresariales que comparten el mismo nombre: el Círculo Ecuestre y Círculo de Economía. El primero de ellos hunde sus raíces en el siglo XIX y reúne a la burguesía catalana. Los empresarios de mayor edad se reúnen en las salas del Ecuestre en un ambiente y un mobiliario que recuerda los tradicionales clubes ingleses.

Frente al Ecuestre, el Círculo de Economía nació como una alternativa, donde los jóvenes valores del mundo empresarial y académico querían expresar sus inquietudes. Veían la situación de aislamiento que vivía España y consideraban que tenían que hacer algo para modernizar el país, uno de los objetivos que ha tenido la institución desde el principio. Fue un joven político, Jordi Pujol, quien puso en contacto a los fundadores del Club Comodín con el profesor Jaume Vicens Vives. Él y el profesor Fabián Estapé fueron los que, en aquella primera fase, inspiraron los debates, canalizaron los mensajes y dotaron a la institución de una doctrina económica que defendía el fin de la autarquía que sufría España. En aquella etapa, el Círculo se convirtió en un espacio de libertad para relacionarse, para hablar de economía, pero también de política y de Europa.

El reto de rejuvenecerse

Hoy uno de los retos que tiene el Círculo de Economía es mantener el espíritu que tenía en un origen. Los jóvenes que lo fundaron tienen cincuenta años más y los principales miembros de la junta directiva se mueven en los alrededores de la sesentena.

Cuando en 2002 Antoni Brufau asumió la presidencia, el Círculo quiso reinventarse. El hoy presidente de Repsol intentó con escaso éxito abrir la institución a empresarios y profesionales de toda España. La idea, pese a que se consiguieron algunos socios no catalanes, no fraguó ya que otra de las características de Círculo es que es profundamente catalán. Aunque no lo reconocen, sus miembros forman parte de una especie de lobby frente al Gobierno en el que, aún velando por el progreso de toda España, Cataluña tiene un peso mayor.

El sucesor de Brufau, José Manuel Lara (presidente de Planeta) tomó el testigo y uno de los objetivos de su mandato ha sido incluir a más mujeres y a más jóvenes en la junta directiva. Lara ha tendido dificultades para cumplir lo que se propuso ya el número de socios de menos de 40 años es muy escasa. Los jóvenes empresarios han desertado del Círculo y han preferido organizar nuevas plataformas de defensa de Cataluña donde su voz sea más determinante. La Fundación Privada de Empresarios Fem Cat, presidida por Joaquim Boixareu, es un ejemplo.

Más estructura, más poder

El Círculo de Economía fue legalizado como asociación en 1968. La primera sede estuvo ubicada en la calle Laforja y luego se trasladó a un céntrico piso en la esquina entre la avenida Diagonal y la calle Tuset. La sede se quedó pequeña y, hace tres años, Lara decidió aprovechar el buen momento del mercado inmobiliario para venderla y comprar una más grande junto al Paseo de Gracia.

Hoy el Círculo está en su madurez. Es la organización empresarial con mayor peso económico de Cataluña, capaz de influir en la clase política española y catalana. El reto del nuevo presidente, Salvador Alemany, es mantener ese estatus.

El Rey Don Juan Carlos afirmó ayer que el Círculo de Economía "ha contribuido al desarrollo económico de España y a la mejor colaboración del tejido empresarial catalán, referente y reconocido en toda Europa". Lo dijo en su discurso previo a la cena de gala del cincuentenario de la institución, tras recibir una estatuilla en agradecimiento a su "apoyo" en estos años. Se la entregó el presidente saliente, José Manuel Lara.

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