
Escapar de la policía, dar positivo en un control de alcoholemia, chocar contra otros coches, conducir sin carné o quedarse dormidos al volante tras una borrachera: la lista es amplísima. La trifulca de Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid y líder del PP en esta autonomía, es sólo el último hito en la espinosa relación entre algunos políticos y los automóviles. En cualquier caso, en pocas ocasiones estos escándalos han acabado en dimisiones.
Así, en 2013, Miguel Ángel Rodríguez fue arrestado tras golpear a varios coches y dar positivo por alcoholemia: "Me lo he bebido todo", aseguró entonces. El tertuliano, que fue portavoz de José María Aznar (PP), cuadruplicaba la tasa permitida y acabó pidiendo perdón por dar mal ejemplo. Sin embargo, tuvo que pagar 2.400 euros y se le retiró el carné durante ocho meses.
Sólo tres años antes, Nacho Uriarte tuvo que dimitir tras ser imputado por un delito contra la seguridad vial. Curiosamente, el diputado nacional y presidente de Nuevas Generaciones del PP era vocal en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. Al final, el Supremo le sancionó con 2.400 euros. "Que tomen ejemplo de lo que yo no hice, que es, en ese momento, pensar las cosas dos veces y coger un taxi, porque por una cosa de esas te puedes fastidiar la vida y te puedes arrepentir siempre", esgrimió el cachorro de Génova 13.
En la misma línea, Pedro Calvo fue cazado en 2004 conduciendo su moto con un carné caducado. Calvo era uno de los hombres de confianza del ahora ministro Alberto Ruiz-Gallardón. Al final, el entonces concejal de Tráfico del Ayuntamiento de Madrid acabó felicitando al agente por su profesionalidad.
Pese a que en estos cuatro casos los políticos eran del PP, los problemas de tráfico no se circunscriben a esta formación. De hecho, en 1996, la entonces candidata de ERC Pilar Rahola protagonizó una sonada pelea con los municipales. Una grúa le había retirado su coche en Barcelona, por estar mal aparcado, y ella lo recogió indignada del depósito: "¿Usted no sabe quién soy yo?", espetó a los agentes.
¿Quién dimite aquí?
El principal partido de la oposición, el PSOE, tampoco se libra de este estigma. Así, el concejal del PSPV en Castellón Juan María Calles fue cazado triplicando la tasa pero no dimitió, al tratarse de una cuestión "de ámbito privado". Juan José Corrales, alcalde de Siero, sí lo hizo: también había dado positivo, tras sufrir un accidente con su vehículo oficial. De este modo, el 29 de noviembre de 2012 fue condenado a una multa de 3.240 euros y la retirada del carné durante dos años.
La vida municipal es testigo de otros muchos casos de este tipo. En 2012, el secretario del PP en Granada -Alfonso Carlos Ruiz Trigueros- dimitió por conducir sin carné: nunca lo había tenido. Por su parte, el concejal del PP en Puerto de la Cruz Luis Miguel Rodríguez fue arrestado por la Guardia Civil mientras intentaba escapar.
A veces, no hay ni fuerzas para intentar huir: el concejal del PP en Santiago de Compostela Ángel Espadas iba tan borracho que se quedó dormido con el motor en marcha, frente a un semáforo.
Incluso hay representantes de las res publica que acaban atropelleando a ciudadanos, como le sucedió la pasada Nochebuena a María Pilar Araque Leal, edil del PP en Alcorcón. Su coche arrolló a una anciana cuando se dirigía a cenar con su familia tras tomar algo con amigos y ella tuvo que dejar el cargo. El edil de Coslada Jesús Aguilar (PP); José Manuel Castro Fernández, concejal de IU en Rivas-Vaciamadrid; y el director de Deportes de Madrid, Roberto S. Pinacho (PP), habían seguido esta senda.
El 'affaire' Carromero
Capítulo aparte requiere el accidente de Ángel Carromero, que segó la vida de Oswaldo Payá y Harold Cepero el 22 de julio de 2012. Este político del PP estaba al volante y fue condenado por homicidio imprudente por Cuba.
Sin embargo, Carromero sostiene que el accidente fue una trampa y que un coche con un distintivo del Gobierno cubano les embistió.