
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ha esforzado en los últimos días en establecer un "paralelismo absoluto" entre los movimientos independentistas de Crimea y Cataluña. Desde el Gobierno rechazan este mensaje e incluso lo califican como "inoportuno e inconveniente" ya que lo único que tienen en común es la ilegalidad ya que en el caso de Crimea la separación recibió un abrumador respaldo de la población.
Según publica Vozpópuli, Margallo se ha mostrado en las últimas semanas muy beligerante con el caso de Crimea tachando el plebiscito de "nula de toda nulidad" y animando a la Unión Europea a tomar medidas. El ministro llegó a decir que "la Constitución ucraniana tiene los mismos preceptos que la española".
Todo ello responde a su empeño en internacionalizar el caso de Cataluña, algo que no complace en absoluto a La Moncloa. "De entrada, no es nada razonable que sea precisamente la voz del ministro de Exteriores la que más se escuche cuando se aborda un asunto de política doméstica", comentan en fuentes de presidencia. De hecho, se atreven a señalar que "el problema es que no vamos coordinados".
"No se parecen en nada"
Por su parte, el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, quiso zanjar el asunto dejando clara cuál es la única similitud entre Crimea y Cataluña: "Hay un elemento común, que es la vulneración de la legalidad tanto interna como internacional, más allá de esto no se parecen en nada". Este discurso choca totalmente con la idea 'vendida' por el ministro de Asunto Exteriores.
La idea de la 'internacionalización' tampoco convence en las filas del PP catalán desde el que la líder Alicia Sánchez-Camacho trata de descalificar los planes de Artur Mas.
Sí que es cierto que desde Moncloa esperan que la reacción internacional a la independencia de Crimea haya servido para que el presidente de la Generalitat asuma los riesgos reales de su propuesta.