
Lola Gavilán, vicesecretaria general de Relaciones Laborales y secretaria del Área de la Mujer de UGT-A en tiempos de Manuel Pastrana, "no solo daba masajes; además era la encargada de ir a la farmacia. Le ponía inyecciones, le acompañaba por toda Andalucía y viajaba a las reuniones de Madrid". "Lola -sentencia Germán Domínguez, antiguo responsable de la Formación de UGT-A- estuvo todo el tiempo con Manolo, y lo fue con el rol de mujer cuidadora y solo porque le beneficiaba a él", precisa el exsindicalista. La juez de los ERE embarga un inmueble de CCOO en Madrid
A Pastrana, además de la investigación que ejerce sobre él la juez Alaya por sus viajes, comilonas y en definitiva, por la gestión que hizo del sindicato UGT en Andalucía, donde ejerció funciones de máximo nivel durante 15 años, no paran de crecerlo los enanos. El último de ellos: Germán Domínguez.
El control eterno de Pastrana
Domínguez fue secretario de Formación durante una etapa con Pastrana. Hoy, lejos de la amistad que pudo unirles un tiempo -rescata elconfidencial.com-, critica los modos y maneras de Pastrana, de quien asegura, aún hoy "controla desde la distancia a la UGT-A, mientras Carmen Castilla es una títere" suya.
Recuerda Germán Domínguez, retirado del sindicato y dedicado a impartir clases de Literatura en un colegio de Sevilla, como "mangoneaba Pastrana convirtiendo UGT en su chiringuito".
"Hace años -relata elconfidencial.com- requirió a la entonces secretaria de la Mujer, quien por cierto daba clases de inglés a los hijos de Pastrana, para que le diera masajes". Según Domínguez, "Manolo mantuvo a Gavilán en la Ejecutiva por la dependencia que éste tenía de sus masajes. Se trata -subraya- de un hombre de doble personalidad que utilizó la enfermedad para convertirse en un ególatra, con nepotismo absoluto".
"Conocer a Manolo"
Mantiene Domínguez que la gente del entorno de Pastrana le amenaza con llamadas telefónicas. Dominguez abandonó hace dos años la Ejecutiva de UGT-A tras las críticas a Pastrana por el ERE que supuso el despido de 159 trabajadores, y un ERTE que afectó a otros 57.
"Vendía honradez y no corrupción, pero de puerta para dentro conocíamos al auténtico Manolo: se hacía lo que él quería o se cogía unos cabreos impresionantes y gestos muy groseros?, asegura Domínguez. Pastrana está hoy pendiente de la justicia.