
Ligera ventaja socialista o empate técnico. El PP y el PSOE llegarán a la cita con las urnas de las europeas de 2014 muy nivelados. Las elecciones, que se celebran el próximo 25 de mayo, supondrán una prueba para el bipartidismo de facto español, así como un examen para la multitud de opciones políticas que han surgido en los últimos meses.
Los dos grandes partidos españoles temen una dispersión del voto (y la desmovilización), por lo que se afanan en animar a los suyos. Ya en diciembre, el vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, tachó el sufragio a partidos pequeños de votos "desperdiciados", porque en el Parlamento Europeo las formaciones menores "no pintan": es un voto "inútil".
Pese a este temor, ni en Génova 13 ni en Ferraz han decidido aún sus cabezas de lista (de sus matrices europeas, Martin Schulz será el candidato socialista, pero los conservadores aún no han elegido) .
Mariano Rajoy (PP) podría decantarse por el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, tras la renuncia de Jaimer Mayor Oreja. En las filas socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) sopesa los riesgos de presentar a Elena Valenciano en compañía de Ramón Jáuregui. Así, este partido aprobará en un Comité Federal en marzo la lista, que estrenará a nivel nacional el formato cremallera (intercalar de forma alternativa hombres y mujeres).
En los pasados comicios, celebrados en junio de 2009, ambas candidaturas -lideradas por Mayor Oreja y Juan Fernando López Aguilar, respectivamente- sumaron el 82% de los sufragios emitidos. Ahora, la cita con las urnas repartirá 54 actas de europarlamentario: los pequeños partidos tendrán que luchar entre ellos.
Sin novedad en el frente 'mediano'
Hace cinco años, Coalición por Europa (de Ramón Tremosa, con dos escaños), La Izquierda (de Willy Meyer, con dos), UPyD (Francisco Sosa Wagner) y Europa de los Pueblos - Verdes (Oriol Junqueras) se alzaron con el resto de la representación y sólo otras dos formaciones de entre las 35 concurrentes recabaron entre 50 y 200.000 apoyos.
En esta cita, el horizonte de estas cuatro opciones políticas no variará: CiU repetirá su alianza con PNV y CC; IU ha rechazado las primarias abiertas; UPyD ha reelegido a Sosa Wagner y le colocará de escolta a Maite Pagazaurtundua; mientras ERC ha explorado sin éxito posibles pactos con EH Bildu y el BNG para las elecciones, primeras desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.
De derecha, de izquierda: todos 'los nuevos'
La novedad, en cambio, está en los que vienen por detrás: en las elecciones de dentro de cuatro meses, hasta tres grupos de nuevo cuño pugnarán por obtener representación. De hecho, la ley electoral que rige los comicios europeos beneficia a las candidaturas con votos repartidos de forma uniforme en todo el Estado, castigando así a las opciones nacionalistas. En las últimas convocatorias, apenas 300.000 sufragios han bastado para abrir la puerta de la Eurocámara.
El primero de los nuevos, de hecho, no es un nuevo: Ciutadans. El partido de Albert Rivera, que ya cuenta con representación institucional, dio en 2014 el paso a la gran política y concurrirá a las europeas. Aunque su idea inicial no descartaba una coalición con la UPyD de Rosa Díez, la formación magenta dijo "no".
Otro de los grupos que podría haber encontrado acomodo en esa alianza es Vox, el partido de José Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal. Esta escisión que debilita al PP contará con Aleix Vidal-Cuadras como abanderado, toda una garantía.
Si Vox representa la derecha sin complejos, más a su derecha aún también se mueven las aguas. Así, la ultraderecha vuelca sus esfuerzos para obtener un escaño. Así, cuatro fuerzas (Democracia Nacional, La Falange, Alianza Nacional y Nudo Patriota) negocian para impulsar una coalición.

En el otro extremo sociológico y político, nace Podemos, una opción con la que Pablo Iglesias podría hacer daño a la IU de Cayo Lara. "Si la gente normal no hace política al final se la hacen otros. Toca mover ficha", dice Iglesias, cuyo plan inicial era promover una gran fuerza de izquierdas.
Además de Podemos, Equo-Los Verdes y los cantos de sirena del juez Elpidio Silva, el espectro electoral de la izquierda también da la bienvenida al Partido X, una formación cimentada en la lucha contra la corrupción, que cuenta con el apoyo de Falciani y el 15MpaRato, entre otros.
Sin embargo, el panorama político español parece demasiado lleno de recién llegados. La dispersión del voto puede convertirse en un cuchillo de doble filo, un arma muy peligrosa también para los grandes partidos nacionales. Mucho más, sin duda, que la sombra de José María Ruiz Mateos. En cualquier caso, y pese al desencanto y la circunscripción única, sólo se reparten 54 actas: el peligro se esconde tras la urna para los grandes y los pequeños por igual.