El proceso hacia la independencia de Cataluña que están impulsando CiU y ERC se cobró ayer una pieza de caza mayor: el fin del PSC. El partido creado por Joan Raventós, Raimón Obiols, Narcís Serra o Pasqual Maragall escribió ayer la que puede ser la última página de una formación donde, mejor o peor, han convivido durante 36 años el socialismo español del PSOE y el socialismo catalanista de sus fundadores. El PSC sería la cuarta fuerza política si expulsase a sus críticos.
El motivo de esta fractura tan profunda fue la votación en el parlamento catalán de una propuesta de CiU, ERC e ICV-EUiA para pedir al Congreso de los Diputados que debata el traspaso a la Generalitat de la competencia para convocar referéndums mediante el articulo 150.2 de la Constitución Española. Ayer, en la votación, la propuesta fue aprobada por 87 de los 135 diputados de la cámara catalana, entre los que se encuentran los 50 de CiU, 21 de ERC, 13 de ICV y 3 del PSC. En contra votaron 43 diputados, 16 del PSC, 19 del PP y 9 de Ciutadans.
Además de los tres diputados socialistas que votaron en contra de la posición oficial del PSC (Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura), anteayer renunció a su escaño el alcalde socialista de Lleida (Àngel Ros). Por su parte, la diputada del PSC, Rocío Martínez-Sampere, voto contra la petición, pero dimitió de la dirección del PSC para mostrar sus desacuerdo, al igual que la exparlamentaria Laia Bonet, candidata a la alcaldía de Barcelona.
La negativa a negociar que mantienen el presidente español, Mariano Rajoy, y el catalán, Artur Mas, está generando ventajas electorales a sus partidos. Con la ruptura del PSC, el PP debilita más al PSOE que difícilmente volverá a obtener una mayoría de gobierno sin un buen número de diputados en Cataluña. Por su parte, CiU ha conseguido borrar del mapa a los socialistas catalanes, los únicos que, desde la recuperación de la democracia, han sido alternativa de gobierno al poder convergente.
También salen muy beneficiados los socios parlamentarios de CIU, ERC, que aspira a convertirse en la única alternativa de izquierdas capaz de formar un gobierno. Finalmente, los ecosocialistas de ICV también esperan ganar parte de los votos que perderá el PSC.
Ayer tarde, el sector catalanista del PSC lanzó un manifiesto firmado por 122 socialistas en el que se apoya y anuncia "la construcción de una alternativa de izquierdas". Entre los firmantes están los exconsellers Antoni Castells, Joaquim Nadal y Montse Tura, la eurodiputada Maria Badia o el exministro Joan Majó.
El traspaso de la competencia para organizar referéndums por la vía del artículo 150.2 es una de las que el Consell Assessor per a la Transició Nacional contempla para poder celebrar la consulta en 2014.
El PP, con mayoría absoluta, y el PSOE rechazarán la propuesta, pero Mas considera que esa vía les ayuda a cargarse de razones en unas hipotéticas elecciones autonómicas plesbiscitarias que se celebrarían el 9 de noviembre.
Goldman también alerta
Por otro lado, ayer el banco de inversión Goldman Sachs advirtió que "en España, la presión de Cataluña hacia la independencia ha creado ruido político y contribuirá a la inestabilidad general".
Según el director ejecutivo del grupo responsable de seguir la evolución de las inversiones en España, Matthew Weir, "con todas nuestras recomendaciones de compra ponemos de manifiesto los riesgos de inversión que hay que observar muy de cerca y, especialmente, destacamos Cataluña porque es claramente un riesgo importante", señaló. Aunque considera que la independencia es improbable, "si llegase a materializarse queremos que nuestros clientes estén muy al tanto y abran los ojos sobre los riesgos que implican las inversiones en España". De esta forma, Goldman se suma a los avisos de Moody's.