El enfado de Michelle Obama, primera dama de EEUU y esposa de Barack Obama, fue mayúsculo. Labios apretados, ceño fruncido y rabia en los ojos: incluso el presidente del país más poderoso del mundo tuvo que besarle la mano para apaciguar su ira. ¿La razón? La primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt, con quien Obama se reía animosamente durante el funeral del sudafricano Nelson Mandela. El farsante del funeral de Madiba
La mandataria escandinava conversó alegremente durante el acto con Obama y su homólogo británico, David Cameron, todo ello bajo la celosa mirada de Michelle Obama. Además, la líder del Gobierno danés se dedicó a autoretratarse sonriente flanqueada por el inquilino del Despacho Oval y el premier británico. Al final, Michelle tuvo que sentarse entre su marido y Thorning-Schmidt.
Y es que, la jefa del Gobierno danés levanta pasiones entre los mandatarios internacionales. De hecho, ya se hizo famosa por una anécdota con Silvio Berlusconi, cuando el ex primer ministro italiano le miró el trasero (ver vídeo) antes de comenzar una Cumbre europea.
Amante de la moda
Thorning-Schmidt accedió al cargo se convirtió en septiembre de 2011. La primera mujer de la historia de Dinamarca en dirigir el país tiene 46 años y es de ideología socialdemócrata.
Aunque siempre ha luchado contra los prejuicios por su físico, su afición a la ropa de marca le valió queel eurodiputado Freddy Blak le apodase en 1999 como Gucci Helle.
Madre de dos niñas y casada con el director del Foro Económico Mundial, Stephen Kinnock, Thorning-Schmid tuvo un problema familiar en septiembre de 2011: la primera ministra tuvo que salir en defensa de su esposo después de que la prensa cuestionara la sexualidad de su esposo y una supuesta separación marital.
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Los celos de Michelle Obama