Susana Díaz, nueva secretaria general, y la Ejecutiva que ha conformado para dirigir al PSOE andaluz han recibido este fin de semana en Granada en el congreso extraordinario de los socialistas un respaldo cuasi absoluto del 98,6 y el 97%, respectivamente. Cifras que muestran que tiene a todo su partido a las espaldas en la comunidad, pero también a escala nacional ya que han acudido el expresidente Rodríguez Zapatero, el secretario general del PSC, Pere Navarro o el presidente de Asturias, Javier Fernández, entre otros, como Eduardo Madina o Carmen Chacón, que aspiran a la primera línea de mando del PSOE federal del futuro.
El antecesor de Díaz tanto en el partido como en la Junta que ella preside, José Antonio Griñán, fue el encargado de lanzar el enésimo mensaje velado contra el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba: "El tiempo de mi generación ha pasado. No puede convertirse en un tapón para la siguiente", aseguró. Ayer matizó que, pese a lo que los casi 800 delegados asistentes pensaron al escucharle, sus palabras no se dirigían a Rubalcaba. Más explícita fue ayer la propia Carmen Chacón, que aseguró que espera que todos en el PSOE "tomen nota" de la "unidad y renovación" que se ha logrado en el congreso.
Todas las mentes, en este sentido, asociaron el mensaje de Griñán con el actual secretario general, ausente el sábado y que ayer domingo intervino en la clausura del cónclave. Eludió cualquier alusión a la idea que renovación en el partido que la llegada de Díaz ha avivado en su seno y se centró en criticar las últimas medidas y anuncios del Gobierno central del PP -aprobación de la ley de Educación y la reforma de las pensiones, o anuncio de nuevas penas para las manifestaciones y escraches. Sólo señaló, en clave interna, que la fuerza que muestra Díaz es la de todo el PSOE y la alabó "de corazón" por su "poderío, firmeza y seguridad".
Cambios en la Ejecutiva
La presidenta releva a Griñán como líder del PSOE-A, pero también la presidenta de los socialistas andaluces, la histórica Amparo Rubiales deja su puesto a Micaela Navarro, jienense y rubalcabista. Su inclusión en la nueva ejecutiva cierra el cúmulo de gestos de Díaz hacia las facciones del PSOE andaluz en Sevilla, Cádiz y Jaén, fundamentalmente, que Griñán nunca logró atraer a su lado tras relevar a Manuel Chaves en 2010.
Sus tres años en cargos orgánicos nunca lograron un respaldo como el logrado ayer por su heredera. Griñán, no obstante, presumió de haber preparado con esmero esta transición, obviando que su marcha se produjo precipitadamente ante el avance de la instrucción del caso ERE, en el que está preimputado por su labor como consejero de Hacienda entre 2004 y 2009.
Díaz, por su parte, lanzó ayer un mensaje de apoyo a Pere Navarro tras el acuerdo entre el PSOE y el PSC, en la Conferencia Política de hace dos semanas, acerca de su postura común ante el desafío soberanista de la Generalitat de Artur Mas. "El proyecto común que se llama España necesita un PSOE unido y necesita a los socialistas catalanes". "Llévate la garantía de que los socialistas andaluces vamos a estar contigo", aseguró a Navarro.
Ambiciones futuras
El día anterior ya había dejado otra perla sobre su ambición futura tras hacerse con el PSOE-A y la Junta: lograr que los socialistas puedan volver a gobernar Andalucía en solitario, y no con IU como se han visto obligados tras perder la mayoría absoluta en 2012. El expresidente andaluz Chaves apoyó ayer esa ambición: el PSOE, dijo, tiene que ser no sólo el "mayoritario" sino el "genérico de la izquierda".
En la nueva ejecutiva socialista sobresale Juan Cornejo, secretario de Organización y número dos, que repite en el cargo por su discreción y fidelidad a Díaz. Mario Jiménez deja la vicesecretaría general, cargo que Díaz ha eliminado, y queda como portavoz parlamentario. Y Verónica Pérez, hasta ahora número 3, sale de la ejecutiva para relevar a Díaz como secretaria del PSOE de Sevilla el próximo sábado.
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Comprometida con un "nuevo tiempo"