Política

El análisis | ¿Ha servido de algo la Conferencia Política del PSOE?

Alfredo Pérez Rubalcaba. Imagen de EFE

La Conferencia Política, consecuencia natural de un congreso -el de Sevilla de 2012- celebrado en plena depresión tras la espectacular derrota socialista de 2011 y que no dio lugar al menor debate de ideas, ha sido un elemento bien tramado por Rubalcaba para conseguir un doble objetivo: formalizar oficialmente la autocrítica tras la derrota y plantear con solemnidad la necesidad de poner en pie otro proyecto sobre las cenizas del anterior. Naturalmente, quien ha tenido la idea de semejante catarsis es quien mejor está situado para pilotar el experimento. Quienes piensan que Rubalcaba se apartará voluntariamente tras esta aventura se equivocan.

Sucede sin embargo que lo conseguido mediante la Conferencia era condición necesaria pero no suficiente para que el nuevo proyecto socialista echara a andar. Pero es muy dudoso que este ejercicio de gimnasia política haya servido para conseguir que regresen los electores que emigraron en 2011. Como ha dicho Iñaki Gabilondo, "el PSOE ha vuelto, pero ¿volverán los votantes del PSOE?" Eso es una incógnita.

La suerte futura del PSOE sigue dependiendo tras la Conferencia de dos factores ya consabidos: del liderazgo que se consiga establecer y del programa. Este último no puede darse por resuelto tras la conferencia política. Paradójicamente, los 400 folios de la ponencia han quedado aparatosamente subsumidos en unas pocas páginas de conclusiones, entre las que destaca el epígrafe de la 'reforma fiscal', un peregrino invento que pretende recaudar 50.000 millones de euros más sin subir impuestos y que mantiene tópicos tan poco prestigiados como el de que las rentas del capital deben recibir el mismo tratamiento que las del trabajo. Con estos mimbres, es poco probable que la opinión pública considere que el PSOE, que tanto se equivocó durante la legislatura anterior, vuelve a inspirar confianza.

¿Liderazgo?

El otro elemento, el liderazgo, está por construir. De momento, no se escuchan elogios generalizados sobre los candidatos alternativos -Patxi López, Carme Chacón, Tomás Gómez, Eduardo Madina-. Rubalcaba da cien vueltas a todos ellos, pero el diagnóstico ya es irreversible: con Rubalcaba el PSOE no ganará.

En consecuencia, el problema sigue siendo grave. Con una particularidad: la elección del candidato a la presidencia del gobierno se hará muy pronto, demasiado pronto, y de los aspirantes sólo uno, Madina, es diputado. ¿Sería sostenible mantener más de un año a un líder socialista al frente del partido sin que pueda debatir con Rajoy en sede parlamentaria?

En definitiva, el PSOE está más estabilizado, probablemente, pero sigue teniendo los mismos problemas que antes de la Conferencia. Y, como antaño, todo dependerá de quien, finalmente, sea colocado al frente del partido. Los presagios, de momento, son bastante sombríos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky