
La histérica, que no enérgica, reacción de las eufemísticamente llamadas potencias europeas ante el caso de las informaciones sobre el espionaje norteamericano, recuerdan a esos maridos consentidores que se lucran con el adulterio de su cónyuge, pero que cuando los cuernos salen a la luz se rasgan las vestiduras y alegan ignorancia sólo para guardar las apariencias y de cara a los demás. Hipocresía. Rajoy ya anunció ayer que 'delega' en Europa y en la ONU la respuesta por el espionaje.
Porque hipocresía y no otra cosa son las protestas, ahora, de los gobiernos de Berlín, París, Roma y Madrid, cuando ellos son, han sido, y van a seguir siendo conocedores y cooperadores necesarios en las actividades de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Washington.
Como hipócritas son también estos lamentos cuando es notorio que han sido ellos quienes han entregado voluntariamente al primo yanki de Zumosol, por acción o por omisión, la virginidad de las libertades y derechos de sus democracias, a cambio de un protección que ellos no saben, no quieren o no pueden garantizar a sus fronteras y a sus ciudadanos. O, ¿es qué alguien tiene dudas hoy de la colaboración decisiva que los servicios secretos norteamericanos e israelíes han tenido en la lucha contra ETA en España y contra el terrorismo islámico en Europa?, por citar sólo algún ejemplo.
Simbólica puesta en escena
Por eso, ni los gobiernos europeos van a ir más allá de una simbólica puesta en escena en el seno de la ONU, no sea que si presionan se descubran sus vergüenzas, ni Rajoy ni Rubalcaba fueron ayer beligerantes, más allá de lo necesariamente correcto para cubrir el expediente. Entre otras cosas porque como reconocía el propio líder todavía de la oposición mayoritaria, la inteligencia compartida es fundamental para la seguridad de los países porque los riesgos vienen del terrorismo internacional. Y algo internacional debe combatirse internacionalmente.
Así que aquí comparecerá el director del CNI, nuestra NSA 'made in Spain', y todos contentos. Entre otras cosas porque Félix Sanz Roldán es un hombre serio, inteligente, respetado y ya ha dicho que el CNI ha trabajado siempre dentro de la ley. Amén.