
Cuando marchó a Miami, Chacón alardeó ante los escépticos de que su viaje laboral a los Estados Unidos estaba perfectamente planeado, aunque resultaba bien evidente que salir de España en momentos de tan grave tensión como los actuales -por la crisis y por Cataluña- era una decisión disparatada para quien, al parecer, mantiene la pretensión de liderar uno de los dos grandes partidos españoles con el fin de alcanzar la jefatura del Gobierno.
Chacón advirtió de que su ausencia no sería completa ya que regresaría con frecuencia a España y estaría, por supuesto, en la Conferencia Política que el PSOE piensa celebrar en la primera quincena del próximo mes. Y ayer tuvo lugar su primera reaparición, tan poco comprensible como su marcha inicial.
En efecto, Chacón regresó a escena ante los medios no como protagonista sino como acompañante o, más concretamente, como telonera de un aspirante a líder regional, Tomás Gómez, secretario general del PSOE madrileño, derrotado contundentemente por Aguirre en las pasadas elecciones a la comunidad de Madrid y, a lo que parece, también posible aspirante al liderazgo del PSOE federal en las próximas primarias.
Tanto ha sido así que los medios han pasado generalmente por alto su reaparición, para referirse más bien a las ambiciones políticas de Tomás Gómez. La otra presencia pública de la que fuera ministra de la Vivienda y de Defensa son Zapatero ha sido para acudir hoy al partido Barça-Madrid.
Chacón, eclipsada por el encuentro Rubalcaba-Mas
La llegada de Chacón coincidió en el tiempo con un relevante viaje de su adversario socialista, Rubalcaba, a Cataluña, donde se reunió con Artur Mas durante más de dos horas. Rubalcaba dio a conocer asimismo sus frecuentes encuentros con Rajoy para hablar del problema catalán, todo lo cual otorga al líder socialista un papel en el más grave conflicto que hoy ha de enfrentar este país.
Naturalmente, estos movimientos del secretario general socialista eclipsaron el desayuno de Gómez-Chacón, quienes pidieron, como es natural, la anticipación de las primarias aunque sin dejar claro cuál de los dos se presentará a ellas.
En definitiva, la aparición de Chacón ha pasado prácticamente inadvertida, y sólo un voluntarismo muy acentuado permitiría asegurar que la aspiraciones de la política catalana encuentran actualmente eco en la militancia de su partido y/o en la opinión pública.
Es difícil, además, eludir la comparación entre esta política desgastada, con una biografía que la lastra inevitablemente, con la emergente Susana Díaz, que llega con un mensaje fresco y sin pasado.