
Rubalcaba y Rajoy están de acuerdo "en los principios esenciales" en lo que respecta al problema con Cataluña. Sin embargo, la solución que proponen para el mismo difiere radicalmente.
Este viernes, los líderes del Gobierno y del partido mayoritario de la oposición reconocían que habían tenido varias conversaciones sobre el asunto.
En ellas, el secretario general del PSOE había tratado de convencer al presidente Rajoy de la necesidad de reformar la Constitución española para dar paso a un sistema federal y así apaciguar a Artur Mas -pese a que el presidente de la Generalitat haya rechazado ya esta posibilidad como modo de renuncia a su consulta soberanista-.
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo rehúsa sin fisuras una acción sobre la Constitución explicando que, para ello, se necesitaría un "suficiente consenso y una finalidad determinada".
El presidente del Gobierno español zanjó así esta posibilidad a preguntas de los medios de comunicación desde Bruselas. Y sin embargo, la clave de su rechazo está en el consenso.
Un consenso menor que en 1978
Mientras que la Constitución de 1978 gozó de un consenso mayoritario y fue aprobada también por el Partido Comunista de España y CiU -se abstuvo entonces el PNV-, Rajoy adivina que un intento de reforma de la Carta Magna en la tensión actual traería un acuerdo mucho menor de los partidos, por lo que resultaría una reforma solo apoyada por PP y PSOE, lo que restaría peso y profundidad a la nueva gran norma española, según relata el diario El País.
Por tanto, Rajoy sigue apartando esta solución de la mesa, pese a que es consciente y ya lo admite, de la dificultad del problema catalán y de que la evolución del mismo podría llevar hacia una proclamación de independencia unilateral.